sábado, 5 de junio de 2010

LOS ARQUETIPOS MASCULINOS PARA LA TRANSICION DE NIÑO A ADOLESCENTE


EL REY, EL GUERRERO, EL MAGO, EL AMANTE

Por Carlos Martell Flores
Una vez se preguntó a varios militares marinos, "¿Cuánto tiempo tarda convertirse en un soldado de la Marina? "
Todos ellos respondieron al unísono, "lo que dura la carrera".
Todos coincidieron en el que una vez graduados, sabían que eran ya soldados de la Marina y sabían también que siempre serían marinos.
Luego se les preguntó: "¿Cuánto tiempo se tarda en convertirse en un hombre?"
No hubo respuesta sólo silencio.


En casi todas las profesiones, hay un período de formación y, finalmente, una iniciación formal, todo facilitado por un veterano que lo ha hecho antes. Al recibir sus diplomas de graduados de la mano de su profesor, los nuevos egresados están seguros de su nueva identidad. Sin embargo como varones nunca sabemos cuando asumimos nuestra propia masculinidad. ¿En que momento y cómo asumimos nuestra energía masculina? Se afirma que la ausencia de esta conciencia es la raíz de la actual crisis de la masculinidad que se muestra en la violencia, la pasividad, la debilidad y la incapacidad de actuar de una manera efectiva y creativa.

El eslabón perdido entre la niñez y la edad adulta en nuestra cultura, parece ser por encima de todo, la falta de un rito formal de paso, una iniciación genealógica. Por ello un rito formal de transición o iniciación es tan importante ya que nos abre hacia una identidad clara, sin la cual, la confusión y la duda prevalecerá. El ritual de transición ha estado en las diferentes culturas desde tiempos antiguos. Este ritual nos hace experimentar nuestro origen sagrado aportándonos la energía necesaria para la siguiente etapa de la vida.

¿Qué es lo que hace que el niño o el adolescente pueda identificar el momento de la experiencia que le otorga la masculinidad sagrada?
Ante la ausencia de estas experiencias sagradas en el adolescente, se forma una incertidumbre e inseguridad en su relación con el mundo, con la vida. Pienso que la razón para que el miedo subyacente, la duda y la inseguridad existan en la mayoría de los hombres es que no tenemos la iniciación formal en nuestra identidad como hombres.

Después de leer el libro Iron John de Robert Bly, me preguntaba si nuestra sociedad actual tiene algún rito significativo de transición de la niñez a la edad adulta.

Creo que, los varones se beneficiarían enormemente de volver a conectar con esa experiencia de iniciación a la edad adulta como una etapa de crecimiento natural y que ha estado presente en los indígenas y otras culturas antiguas.

Basándose en el cuento de hadas que describe los temas arquetípicos de los hombres, Bly dice que sólo los hombres mayores en una sociedad pueden efectivamente iniciar a los más jóvenes a la edad adulta, y el hacerlo es parte también de su propio crecimiento y desarrollo personal. Nuestra sociedad ha aceptado ciertos inicios en los niños y en los jóvenes , pero estos carecen o distorsionan los rituales sagrados de transición. Existe la licencia de manejar o la credencial del IFE pero aún más inquietante es el alcohol o el cigarro como un primer símbolo y, por supuesto, están también los otros rituales mundanos que se dan en compañía de los amigos de la escuela, del barrio o en los deportes. En mucho de los casos, estas experiencias resultan frustrantes, peligrosas o traumáticas. De ahí que es importante encontrar los ritos naturales, sagrados y constructivos de transición. Los verdaderos rituales de transición sólo pueden ocurrir cuando los "mayores" interactúan adecuadamente con los jóvenes que van a ser introducidos. La esencia del proceso es que los hombres que participan en una iniciación bendicen a los más jóvenes. La iniciación es también de tutoría o “mentoría” de alguna manera

¿Cuáles son entonces los componentes críticos en los ritos masculinos de transición? En primer lugar debe haber una cierta experiencia que le da al hombre un sentido de la transición de un estado a otro. Esto se refiere a menudo como un "espacio ritual". En segundo lugar, el varón necesita encontrar una comunidad en donde desarrollar ese "espacio ritual". Y en tercer lugar el proceso debe respetar y dar la bienvenida al hombre en la comunidad en una forma que le da valor al iniciado. Estudiosos del tema hablan del mito de ORESTES que asesina a su madre y a su padrastro, un símbolo arquetípico de autonomía y de rompimiento con la carga genealógica. También hablan del mito del “Camino del Heroe” heredado de la épica tradicional que se compone de la triada SEPARACION, INICIACION y RETORNO, como parte del rito de transición. Se abandona el ámbito familiar, se recurre a los ancianos y a los elementos que conducen la iniciación para finalmente regresar transformado.
Además hay que considerar otros aspectos como el sentido de pérdida o duelo en el niño/adolescente. A. Abesrastury menciona cuatro duelos principales del niño que se convierte en adolescente


*Duelo por el cuerpo infantil.-Para ingresar a un etapa social diferente, el adolescente de hoy deja el cuerpo de la niñez,
*Duelo por el rol y la identidad infantil.- Los valores originales de la infancia se abandonan para adoptar lo que la familia y el medio social espera del adolescente. Hablamos del reconocimiento que el adolescente espera del entorno inmediato.
*Duelo por los padres de la infancia.- El niño-adolescente percibe una "brecha generacional". Se fomenta más la independencia que la dependencia.
*Duelo por la identidad sexual.- Hasta la pubertad no hay una diferenciación definida de sexos, es mas bien cultural. La adolescencia siempre fue considerada una etapa de búsqueda de la propia identidad sexual.

La particularidad de las generaciones actuales es lo que se denomina el padre ausente Algunos autores lo definen como el padre faltante o la energía faltante en el niño que va creciendo. lo que da lugar a esa fragilidad de la identidad masculina de la actualidad. Hablamos de la necesidad de RE-CONOCERSE en el padre. Para poder ser idéntico a si mismo, es necesario haber sido idéntico a alguien,(el padre). Guy Corneau
El titulo de nuestro propuesta proviene de libro de Robert Moore y Douglas Gillette, La Nueva Masculinidad (1993). que sitúa el origen de la perdida o desviación de los rituales de transición en la época de la Reforma protestante y la Ilustración:
…. fueron movimientos de gran repercusión que tuvieron en común el descrédito del proceso ritual. Una vez desacreditado el ritual como proceso sagrado y transformador, lo que nos queda es lo que Victor Turner denomina mero ceremonial que carece del poder necesario para lograr una auténtica transformación de la conciencia. Al desconectamos del ritual, hemos acabado con los procesos mediante los cuales hombres y mujeres lograban su identidad de género de una manera profunda, madura y que mejoraba su modo de vida. " (Moore y Gillette)
El propósito es ubicar y fortalecer estos cuatro arquetipos en la sique del niño-adolescente que le permita dirigir su crecimiento y desarrollo hacia la etapa madura de masculinidad.




Los Arquetipos
EL REY encarna el poder que transmite el orden correcto de las cosas y de uno mismo. "tiene un contenido sagrado, ordenador y creador, al servicio del reino y del cosmos. Es una energía generadora, renovadora y eterna que, como los antiguos mitos e historias, trasciende el cuerpo... Los ejes fundamentales en la figura del Rey son: el orden, la creación, la fecundidad y la bendición... Cuando la energía del Rey no se manifiesta o bien es débil e inmadura, las familias se desordenan, y se vuelven caóticas. "(Moore y Gillette)

EL GUERRERO tiene que unir fortaleza, competencia y resistencia al dolor; "la habilidad, el poder y la precisión.. La energía del Guerrero, aunque posea otros atributos, está presente universalmente en los hombres y en las civilizaciones que crearnos defendemos y extendemos. Es un ingrediente vital de nuestra edificación del mundo y representa un papel importante en la difusión de los beneficios de las más altas virtudes humanas y de los logros culturales a toda la humanidad. Pero, también es cierto que la energía del Guerrero a veces se desborda. Cuando esto sucede, los resultados son devastadores. El Guerrero es un asceta, emocionalmente distante a todo aquello que no tiene relación con su causa (ejemp. el matrimonio). Por esta razón, el Guerrero ha de relacionarse con el resto de arquetipos masculinos, porque de lo contrario los resultados pueden ser desastrosos. La indiferencia guerrera a las relaciones humanas provoca, a menudo, problemas. Aparece entonces el Guerrero negativo, sádico y masoquista. (Moore y Gillette)
La agresividad es un componente esencial del guerrero, pero se trata de una agresividad sana que tiene como objetivo hacer frente a los problemas de la existencia, que huye del exceso, porque siempre la acompaña la conciencia lúcida de las propias limitaciones.

EL MAGO personifica el pensamiento y la reflexión, la seguridad del sí mismo maduro que es inamovible en su estabilidad, centralizada y emocionalmente fría. Pero el arquetipo de Mago también comporta el riesgo de autodestrucción, si la autoridad conseguida lleva a desarrollar un sentimiento de superioridad frío y cínico, y el poder conseguido se utilizan para manipular y dominar a los otros.
"Fue el Mago Negativo el que nos entregó en los días más negros de la Segunda Guerra Mundial, no sólo la tecnología de los campos de concentración sino también el arma terrible que aún pende sobre nuestras cabezas. El dominio de la Naturaleza, una función del Mago, está perdiéndose y con resultados incalculables que ya percibimos. Detrás de los ministerios de propaganda, los informes de la prensa controlada, las noticias censuradas y las carreras políticas orquestadas de manera artificial, yace el rostro del Mago como manipulador " (Moore y Gillette)

EL AMANTE completa este conjunto de arquetipos y se caracteriza por la pasión y el misticismo y por la degustación de los placeres de la vida.
"El hombre bajo la influencia del Amante no quiere detenerse en los límites creados por la sociedad Se rebela contra su artificialidad. Su vida es complicada y nada convencional.- el estudio del artista, el estudio del creador, se opone a la ley en un sentido amplio, vemos en su vida el enfrentamiento con la vieja tensión entre la sensualidad y la moral, entre el amor y el deber" (Moore y Gillette )
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