miércoles, 23 de septiembre de 2009

CUANDO NO ES FACIL SER TAN LISTO

Los niños con aptitudes sobresalientes
y su desajuste emocional


Prefiero un barrendero feliz a un científico neurótico. A.S: Neill

Hablar de niños sobresalientes, es hablar de las teorías de la inteligencia y de la necesidad de elaborar programas educativos especiales acordes a este tipo de niños. Pero también es importante hablar de los diversos desajustes emocionales de estos niños y sus familias.

Por Carlos Martell Flores

Su nombre fue William James Sidis, (1898-1944) y su coeficiente intelectual fue calculado entre 250 y 300. A los dieciocho meses, podía leer The New York Times, a los dos años, de forma autodidacta, aprendió latín y a los tres, griego. Como adulto podía hablar más de cuarenta idiomas y dialectos. A los once años entró a Harvard, y en su primer año pronunció una conferencia ante el Harvard Club de Matemáticas. Se graduó cum laude a los dieciséis, y se convirtió en el profesor más joven en la historia de esta universidad. En total se graduó de siete carreras. Su vida alcanzó logros que pocas personas pueden imaginar. Y sin embargo, todo esto se convirtió en nada. Renunció a su puesto de profesor, y por el resto de su vida vagó de un trabajo de baja categoría a otra. Sus experiencias como niño prodigio habían resultado tan dolorosas que decidió evitar la exposición del público a toda costa. De ahí en adelante, negó sus dones, se negó a pensar en las matemáticas y, sobre todo, se negó a realizar aquello que le habían hecho hacer cuando niño. A los 21 años fue arrestado por participar en una marcha del 1º de mayo. Estuvo 18 meses en prisión por sus ideas socialistas. Trabajó duro para convertirse en un ser humano normal, pero nunca lo logró del todo. A los quince tomó un voto de celibato, que al parecer mantendría para el resto de su vida, muriendo soltero a la edad de 46.

Los reportajes en televisión y prensa escrita hablan de lo extraordinario de estas mentes, “Vienen al mundo con sus pequeñas mentes brillantes, con sus talentos innatos a cuestas. Saben leer a los tres años, a los cuatro escriben; un año más tarde, a muchos les fluye el inglés o el francés. Son curiosos, curiosísimos. La escuela es para ellos un lugar aburrido que no les enseña nada nuevo, ni los comprende, ni los estimula en sus búsquedas. Su ansiedad por saber, que no se satisface casi nunca con sus maestros o sus padres, los lleva a investigar solos, a husmear bibliotecas, a navegar por la web y así aprender de astronomía, de vidas pasadas, de matemática, filosofía o física. Son los niños superdotados, niños CAS, con un cociente intelectual (CI) de 110 puntos o más, según parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

LA OTRA CARA DE LOS NIÑOS CON CAPACIDADES SOBRESALIENTES
Pero existe otra cara: La de la resistencia, la de la desobediencia. La de la dificultad para aceptar lo que no es lógico. La cara de la insatisfacción. La de las obsesiones, su vunerabilidad al fracaso y al rechazo de los demás, su rigidez e inflexibilidad. Su aburrimiento y sus berrinches. Su dificultad para escuchar a los demás. Sus conductas manipuladoras hacia los otros.
Estos niños superdotados se desesperan por las restricciones. No soportan los horarios programados. Pueden ser percibidos por los demás como tercos y poco cooperativos.
Llegan a frustrarse por la ausencia de progreso. Se resisten a las interrupciones. Los demás los ven como perfeccionistas u obsesivos, demasiado preocupados por todo.
Todo lo anterior también es la cara de los niños CAS, La cara que a veces no reconocemos y por supuesto no queremos mostrar.

Hace un par de años en una reunión de profesores y padres de familias españolas se habló de una tendencia diferente, contraria a lo que se puede pensar generalmente defendieron, por el contrario, que los niños sigan los cursos del programa escolar para garantizarles el contacto con otros niños y las vivencias propias de su edad. "Bastantes etiquetas y divisiones hay en la sociedad, para que creemos una más. Lo importante es el equilibrio emocional, y la vida es algo más que desarrollar la inteligencia y aprender", manifestó una madre.

LOS DESAJUSTES EMOCIONALES
Platicamos con Angeles Schaulferberger. “Tengo un niño calificado como niño CAS , con capacidades sobresalientes. A los tres años, al saber ya leer, lo matriculé en la escuela primaria Atelier Indigo, Un mes después me hablaron de la escuela sobre la necesidad de hacer acomodos emocionales en él. La primera sesión terapéutica de contención con él, duró siete horas.
“Una manifestación era su enojo constante, muchos, pero muchos berrinches. Un enojo con las mujeres muy fuerte; también frustración. Angel mostraba estados depresivos a tal punto de que nos decía continuamente- que seguramente si él no hubiese nacido, la familia sería más feliz. A los siete años, un siquiatra dictaminó que debería llevarlo a una escuela especializada en niños CAS, le contesté que esto haría que el niño fuera etiquetado y aislado. El me contestó con determinación, “ tu hijo ya esta aislado…” “ Aislado? Realmente lo que yo quiero es mi hijo sea un niño y una persona feliz, Ese es mi objetivo”.
“Angel ha aprendido en Atelier Indigo a ser feliz como niño que es, sin tener que compararse con los demás y ha aprendido a ser sensible a la energía del universo. Al mismo tiempo encuentro en él una pureza diferente, su presencia ha sido como luz en las tinieblas. Su propio proceso de desarrollo personal ha sido también un proceso de desarrollo en toda nuestra familia. Hemos logrado que ese encuentro de Angel con el mundo, sea un encuentro amoroso con el mundo. En Atelier Indigo ha encontrado; fortaleza, conciencia, tolerancia y seguridad personal. Herramientas todas ellas básicas para la vida, seas CAS o no seas CAS. De hecho se habla de que 20 de cada 100 niños son CAS , yo puedo decir, por mi experiencia como madre y profesora, que son más, quizás de 30 a 35 niños de cada 100.
“Pienso que Ángel ha sido el punto de despegue más fuerte en mi desarrollo personal, y le he explicado como el llegó a la familia y al planeta con un mensaje importante, un mensaje de amor que no conocíamos y que nos ha permitido conocer y darnos amor a nosotros mismos. Su presencia se ha convertido en una luz muy radiante que invita a los demás a conocerse e irradiar esa misma luz. No porque él tenga algunos talentos diferentes, sino porque hay una pureza en él que contagia a todas las personas con las que se topa.”
En el contacto con otros niños CAS y sus familias se ha visto que existe una soberbia natural en ellos y como a los padres les cuesta ponerles limites. Ya que el niño asume un papel de superioridad con sus padres y con el resto de la familia. Sin embargo con sus compañeros y en el ámbito fuera de la casa, se tornan sumisos y aislados. Se van convirtiendo en pequeños neuróticos socialmente inadaptados y luego en adultos enojados y frustrados. No es fácil cuando crecen y forman familia, En sus trabajos pueden a llegar a ser mediocres.
“Efectivamente un aspecto importante que hemos infundido a Angel es la de ser humilde con respecto a su alto IQ (156 CI). Hemos charlado sobre esto con él, insistiendo que el aprendizaje es para toda la vida. El hecho de poseer este IQ es una responsabilidad y un regalo sagrado para ayudar a la humanidad, no para sacar un provecho egoísta de el.”
Hablamos con Mariaté Gómez, directora de la escuela Atelier Indigo, quién ha acompañado íntimamente a Angel en su proceso educativo y en su proceso psico-genealógico. “El niño CAS tiene un papel importante en el de acomodo de su genealogía. “He visto como el niño replica las conductas de sus padres, Por ejemplo el enojo o la soberbia son también el propio enojo y soberbia de su madre, como ella lo ha reconocido valerosamente. Existe una conexión muy dependiente de los padres hacia los niños CAS , ellos viven a través de los logros de los niños y caen fácilmente en la presunción, mas allá del orgullo sano, sin embargo al mismo tiempo no pueden ponerle los límites adecuados y generando una gran rebeldía en los niños y una manipulación. En el fondo los niños CAS se rebelan por ser utilizados y esta rebeldía es un llamado a la libertad de ser y existir y no ser un alguien para ser exhibido”.
“Como madre de un niño CAS, continua charlando Angeles, veo que muchas veces nos gana nuestra vanidad y orgullo y olvidamos que el objetivo de su existencia es poder ser felices, Y caemos en esa realidad competitiva de ser el “el mejor” sobre el resto. Y entonces hacemos válidas todas esas teorías de destacar, de tener éxito y de ser líder . Pero como puedes aspirar a todo esto si la propia vida es un desastre,
“Recuerdo esa impactante y amarga película “Una mente brillante” que habla del matemático y premio Nóbel, John Nash (1928) quién desde niño, su comportamiento mostró su extraordinaria capacidad intelectual pero también sus dificultades para relacionarse con los demás. A lo largo de su vida, su mayor característica fue un egocentrismo que le incapacitó para comprender a los demás seres humanos y que le impidió relacionarse con éstos en términos de igualdad.
“Aspiramos a tener una mente brillante y una superinteligencia pero nos olvidamos de la plenitud emocional y espiritual, pretendiendo que nuestros hijos logren lo que nosotros no podemos lograr. Todos hemos sabido de aquellos padres y madres de niños prodigio o niños con talento artístico que han abusado de los talentos de sus hijos. Desde Mozart hasta Michael Jackson. Esto en el caso más extremo, pero en situaciones cotidianas podemos observar lo mismo. La madre o el padre manipulan a los niños pretendiendo que satisfagan sus propias frustraciones vitales. Pero, por otro lado, lo que vemos es que son los propios niños quienes utilizan esta “manipulación” a su favor para conseguir lo que buscan.
“Así en la canción de Joan Manuel Serrat, llamada Princesa, que narra la aspiración de la madre para que el talento de la niña cubra sus propias necesidades, frustraciones e insatisfacciones, al mismo tiempo que se niega a ver la realidad tal como es”.
Y, como quién ve a la Virgen subir al cielo
La ve alejarse camino al primer casting
Para un anuncio en televisión,
La nena vale, la nena estudia
Danza moderna y declamación (JMS)

lunes, 20 de julio de 2009

Escuelas para Niños Indigo




Un reportaje en la revista mexicana Chilango (julio-09)
“Lo han echado de más de diez escuelas”, me advirtieron. En dos de ellas no había alcanzado a pasar lista al segundo día. Pero cuando llegué al colegio Atelier Índigo, Miguel Ángel Guzmán, de 12 años, me estrechó la mano seguro, formal.
-¿Pues qué hacías? -le pregunté de entrada.
-En mi escuela (en Mixcoac), una maestra me pidió hacer un trabajo de matemáticas. Le dije "pinche vieja puta" y luego le aventé una piedra a la cabeza.
Respondió mirando a Gabriel, su padre, como para que confirmara la historia.
-¿Y en las otras? -cuestioné al papá, abogado de 43 años.
-En una de Portales amenazó el primer día a tantos compañeros, que los padres se quejaron de inmediato y ya no pudo volver.
Su ira también iba contra él mismo. En el colegio Nenet Calli Montessori amenazó con saltar de un segundo piso si lo obligaban a ser parte de una actividad grupal. Días más tarde el diagnóstico fue: Trastorno de Déficit de Atención (TDA), hiperactividad, inatención, impulsividad, ansiedad, conducta desafiante y depresión.
Un médico de la Secretaría de Salud le recetó Ritalín, con cuya sustancia activa, Metilfenidato, los neurotransmisores están activos más tiempo. Los efectos (en teoría): concentración, coordinación y autocontrol.
“Darle Ritalín fue volverlo un zombie... sólo por tres días», explicó Gabriel. La dosis aumentó, pero Miguel volvió a explotar.
Cuando el médico también recetó Dexedrine, sus padres pusieron un alto: temían dañar su psique o causarle una adicción.
Miguel recordó esos días: «Me sentía muy solo y muy enojado con la gente.» En esos días de angustia, los padres supieron de una escuela primaria para niños con capacidades especiales: Atelier Índigo, en Coyoacán, que prometía educar sin fármacos a “niños problema", y cuya carta de presentación es: «Primer centro especializado para niños y adultos con vibración índigo.»
Las profesoras hicieron a Miguel una prueba, y comunicaron el resultado: «Su hijo es índigo.» De inmediato, lo inscribió.

RITALÍN
Hasta la recepción del colegio Atelier Indigo, en la colonia Parque San Andrés, se cuela olor a incienso que viaja desde los pasillos. Escucho niños que aplauden y cantan. En una de las paredes veo un recorte del Excélsior de 2004: «Niños índigo, generación con gran coeficiente de inteligencia.» Así, sin signos de interrogación, el titular daba paso a una entrevista con la directora del plantel, Violeta Maldonado, que ahora me recibe.
«La mayoría de los niños no lo necesitan (Ritalín) cuando les diagnostican TDA, muchas veces mal. Reemplazamos el medicamento con alimento, equilibrado, sin azúcares, ni colorantes, yoga Kundalini, danza o meditaciones en movimiento, música, mantras y ruidos naturales, y pintura.» -¿Para qué usan el término "índigo"? -Para nombrarlos como seres que creemos dotados de mayor sensibilidad. El 30% de los infantes sufre con la enseñanza tradicional, y la mitad de éstos jamás se adapta -explica.
A Miguel Ángel, el chico que habían corrido de diez escuelas, parece que le ha funcionado el nuevo enfoque. «En las otras escuelas me veían como monstruo. Acá no me regañan, me indican qué es adecuado.» TEXTO COMPLETO EN LA EDICION IMPRESA. texto: Maurizio Guerrero. fotos Fernando y Gerardo Montiel Klint



domingo, 19 de julio de 2009

SUS DIBUJOS Y SUS VIVENCIAS


La infancia de nuestros niños

A continuación presentamos cuatro ejemplos de dibujos infantiles agrupados en cuanto a sus vivencias.
El primero es de cinco niños que ven televisión menos de una hora diaria.
En seguida presentamos cinco dibujos de niños que pasan más de tres horas frente al televisor.
¿Puedes notar la diferencia?
Efectivamente, hay elementos de contenido más completo y más estructurado en los del primer dibujo. También hay más detalle y son menos burdos.

Ahora observemos los siguientes dibujos.
Corresponden a niños y niñas, cuyos padres fuman en casa más de 20 cigarros al día. Como vemos estos niños reciben mucho más que humo, pues están trasmitiendo indudablemente cierta irritación anímica.

El siguiente es aún más impactante, pues corresponde a niños con probables traumas familiares.
Estos dibujos forman parte de un reportaje de Die Welt, recogido por el Courrier International del 2006 que expone un experimento sobre los efectos de la televisión en los niños.
Lo llevaron a cabo Peter Winterstein y Robert J. Jungwirth en Göpingen, en el sudoeste de Alemania, quienes invitaron a casi dos mil niños de cinco y seis años, todos ellos pertenecientes a una sociedad coherente y unificada, todos miembros de la clase media, todos alumnos desde los tres años de escuelas públicas similares, a un sencillo ejercicio: dibujar una figura humana.
El resultado es escalofriante y revelador…..CM







miércoles, 20 de mayo de 2009

Ejemplo de Inteligencia Cinética.-




Estudiante de 4o. grado de primaria en Atelier Indigo.-
¡Bravo! para Demian Tames Dergal, quién con 9 años participa por primera vez en nuestras Olimpiadas Nacionales.



Demian Tames Dergal de 9 años participa esta semana, por primera vez en la Olimpiada Nacional del deporte en Tijuana BC en la especialidad de gimnasia artística -all around. Hace un par de años se sintió atraido por la gimnasia al percibir su cuerpo de una manera diferente cuando se paró de manos. “Es divertido ver el mundo al revés”, dice.

Practica diriamente por 3 horas y ya ha alcanzado el nivel 6, confiando que en unos cinco años más podrá alacanzar el nivel 9, apto para competir a nivel olímpico mundial.

“Divertirse” es la sensación primoridal en Demian cuando practica y cuando compite. Desde hace cinco años participa en Atelier Indigo en donde , nos dice, ha encontrado seguridad en si mismo y control de sus propias emociones.

Fue Howard Gardner, director del Proyecto Zero y profesor de psicología y ciencias de la educación en la Universidad Harvard quién propusó la teoría de las Inteligencias Múltiples.
Garden expuso que el conocimiento humano no es unitario y que es posible describir en por lo menos ocho inteligencias diferentes.
La mayoría de los individuos tenemos la totalidad de este espectro de inteligencias. Cada una desarrollada de modo y a un nivel particular, producto de la dotación biológica de cada uno, de su interacción con el entorno y de la cultura imperante en su momento histórico. Las combinamos y las usamos en diferentes grados, de manera personal y única.
Pero... ¿Qué es una inteligencia?
Es la capacidad
*para resolver problemas cotidianos
*para generar nuevos problemas
*para crear productos o para ofrecer servicios dentro del propio
ámbito cultural
... y ¿Cuáles son estas ocho inteligencias?
Inteligencia Musical es la capacidad de percibir, discernir, transformar y expresar las formas musicales. Incluye la sensibilidad al ritmo, al tono y al timbre.
Está presente en compositores, directores de orquesta, críticos musicales, músicos, luthiers y oyentes sensibles, entre otros. Los niños que la evidencian se sienten atraídos por los sonidos de la naturaleza y por todo tipo de melodías. Disfrutan siguiendo el compás con el pie, golpeando o sacudiendo algún objeto rítmicamente.
Inteligencia Corporal o cinestésica es la capacidad para usar todo el cuerpo en la expresión de ideas y sentimientos, y la facilidad en el uso de las manos para transformar elementos. Incluye habilidades de coordinación, destreza, equilibrio, flexibilidad, fuerza y velocidad, como así también la capacidad cinestésica y la percepción de medidas y volúmenes. Se manifiesta en atletas, bailarines, cirujanos y artesanos, entre otros..
Se la aprecia en los niños que se destacan en actividades deportivas, danza, expresión corporal y / o en trabajos de construcciones utilizando diversos materiales concretos. También en aquellos que son hábiles en la ejecución de instrumentos.
Inteligencia Lingüística es la capacidad de usar las palabras de manera efectiva , en forma oral o escrita. Incluye la habilidad en el uso de la sintáxis, la fonética, la semántica y los usos pragmáticos del lenguaje (la retórica, la mnemónica, la explicación y el matelenguaje). Alto nivel de esta inteligencia se ve en escritores, poetas, periodistas y oradores, entre otros.
Está en los niños a los que les encanta redactar historias, leer, jugar con rimas, trabalenguas y en los que aprenden con facilidad otros idiomas.
Inteligencia Lógico-matemática es la capacidad para usar los números de manera efectiva y de razonar adecuadamente. Incluye la sensibilidad a los esquemas y relaciones lógicas, las afirmaciones y las proposiciones, las funciones y otras abstracciones relacionadas.
Alto nivel de esta inteligencia se ve en científicos, matemáticos, contadores, ingenieros y analistas de sistemas, entre otros. Los niños que la han desarrollado analizan con facilidad planteamientos y problemas. Se acercan a los cálculos numéricos, estadísticas y presupuestos con entusiasmo.
Inteligencia Espacial es la capacidad de pensar en tres dimensiones. Permite percibir imágenes externas e internas, recrearlas, transformarlas o modificarlas, recorrer el espacio o hacer que los objetos lo recorran y producir o decodificar información gráfica.
Presente en pilotos, marinos, escultores, pintores y arquitectos, entre otros. Está en los niños que estudian mejor con gráficos, esquemas, cuadros. Les gusta hacer mapas conceptuales y mentales. Entienden muy bien planos y croquis.
Inteligencia Interpersonal es la capacidad de entender a los demás e interactuar eficazmente con ellos. Incluye la sensibilidad a expresiones faciales, la voz, los gestos y posturas y la habilidad para responder.
Presente en actores, políticos, buenos vendedores y docentes exitosos, entre otros. La tienen los niños que disfrutan trabajando en grupo, que son convincentes en sus negociaciones con pares y mayores, que entienden al compañero.
Inteligencia Intrapersonal es la capacidad de construir una percepción precisa respecto de sí mismo y de organizar y dirigir su propia vida. Incluye la autodisciplina, la autocomprensión y la autoestima.
Se encuentra muy desarrollada en teólogos, filósofos y psicólogos, entre otros. La evidencian los niños que son reflexivos, de razonamiento acertado y suelen ser consejeros de sus pares.
Inteligencia Naturalista es la capacidad de distinguir, clasificar y utilizar elementos del medio ambiente, objetos, animales o plantas. Tanto del ambiente urbano como suburbano o rural. Incluye las habilidades de observación, experimentación, reflexión y cuestionamiento de nuestro entorno.
La poseen en alto nivel la gente de campo, botánicos, cazadores, ecologistas y paisajistas, entre otros. Se da en los niños que aman los animales, las plantas; que reconocen y les gusta investigar características del mundo natural y del hecho por el hombre.

miércoles, 29 de abril de 2009

Hablar con Los Niños


FERRAN RAMON-CORTÉS 26/04/2009 DIARIO EL PAIS


“Cuando explicamos historias a los niños, además de enseñarles algún concepto, establecemos un fuerte vínculo afectivo”

Cuando mi hija empezaba a leer, un día, libro en mano, me preguntó:
–Papá, ¿qué es generoso?
Se lo intenté explicar lo mejor que pude. Le conté que ser generoso consiste en dar a los demás, en compartir las cosas, en no quererlo todo para ti…
–¿Lo has entendido? –le pregunté.
Al tiempo que corría por el pasillo hacia su habitación, oí que me contestaba:
–Creo que sí.
Pasaron algunas semanas, y una tarde me volvió a preguntar:
–Papá, ¿qué era lo de generoso?
Batalla perdida, pensé. Quizá lo había entendido en su momento, pero evidentemente no lo había interiorizado, y por ello ya no lo recordaba. Probé con otra estrategia: en lugar de insistir con mis explicaciones, le conté una historia. Un ejemplo de generosidad de una persona muy cercana a ella: su abuela. Escuchó atentamente mi relato con los ojos abiertos como platos y con una gran sonrisa en sus labios. Yo noté que esta vez algo se estaba moviendo dentro de ella.
Algunos meses más tarde, volviendo de la escuela me dijo:
–¿Sabes, papá?, hoy en la escuela hemos hablado de lo de ser generoso. Y yo les he dicho: “Como mi abuela”.
Ahora estaba seguro: no sólo lo había entendido, sino que probablemente lo recordaría para siempre.
MAS ALLA DE LOS CONCEPTOS
La distancia más corta entre el hombre y la verdad es un cuento”. Anthony de Mello
Como adultos, estamos acostumbrados a comunicarnos mediante explicaciones conceptuales. Un código de comunicación que compartimos y que permite que nos entendamos perfectamente entre nosotros. Lo utilizamos cuando nos comunicamos entre adultos y, por extensión, lo utilizamos también con los niños. Pero la mente infantil es poco receptiva a este código. A los niños les cuesta entrar en el significado de los conceptos, y aunque los pueden entender, difícilmente los recuerdan por mucho tiempo. Las explicaciones conceptuales calan muy poco en sus mentes infantiles, y les llegan muy poco. Por eso nos parece que tenemos que repetirles doscientas veces las cosas para que las asimilen, cuando lo que ocurre es que no les interesa lo que les contamos. Y es que sin darnos cuenta, les hablamos en un código de adultos que los adultos entienden y comparten, pero que a ellos les es completamente ajeno.
Pero comunicarnos con los más pequeños no es difícil. Exige solamente un cambio de código. Hemos de abandonar las explicaciones conceptuales y cambiarlas por la narración simbólica, es decir, las historias, los cuentos, las metáforas, las vivencias, o cualquier otro recurso narrativo que se nos ocurra.
Podemos explicarle a un niño veinte veces la necesidad de comer verduras. Ni le interesará ni lo comprenderá realmente. Pero una buena historia, con un héroe alimentado de verduras (al más puro estilo de Popeye y sus espinacas), le transmitirá perfectamente la idea, y no lo olvidará fácilmente.
EL PODER DE LAS HISTORIAS
“La mente es una criatura metafórica”. Michael A. Arbib

La mente de los niños es especialmente sensible a la fantasía. Y lo que es más importante, como son muy listos, son perfectamente capaces de conectar esta fantasía a su vida real aprendiendo de las historias.
Las historias comunican mucho más que las meras explicaciones. En primer lugar, porque el niño las visualiza, las imagina, las vive. Las hace suyas, atesorándolas y fijándolas en la memoria. En segundo lugar, porque conectan con sus experiencias y con todo lo que ocurre a su alrededor. El niño le da significado a la historia estableciendo precisos paralelismos con su vida. Las historias conectan con vivencias y realidades que son únicas e individuales de cada niño que las recibe. Y en tercer lugar, porque las historias mueven emociones, cosa que difícilmente hace una mera explicación. Mover sentimientos es una clave esencial para fijar el recuerdo. No sólo en los niños, también en los adultos, las cosas que sólo se entienden, se olvidan. Las que además se sienten, se recuerdan para siempre.
Cómo educar y transmitir valores
“Los cuentos son para los niños una parábola de la vida”. Eduard Estivill

Los niños se encuentran inmersos en pleno proceso de desarrollo de su personalidad. Es un momento crucial para que entiendan el significado de determinados valores y para que den sentido a sus comportamientos. Es una etapa en la que necesitan información y quieren comprender el significado de muchas cosas que ocurren a su alrededor. Nosotros, como adultos, también nos vemos en la necesidad de explicarles muchas cosas que no son fáciles de explicar.
La separación de los padres de un amigo, la llegada al mundo de un nuevo hermano, un compañero de clase que viene de un país lejano y no habla nuestro idioma, la muerte de un abuelo… Hay mil cosas que vamos a tener que explicar a los niños porque son situaciones que ya están viviendo o que un día les tocará vivir.
A veces no sabemos ni cómo ponernos a ello. Sin embargo, es mucho más fácil de lo que parece. Tenemos que atender a su lógica. Los niños son extremadamente listos. Y tienen una lógica aplastante. El primer día que fuimos a esquiar, mi hijo de cuatro años andaba buscando la tele del telesilla: “¿Los telesillas no son sillas con tele?”, me preguntó.
No caiga en la tentación de explicarle que tele significa lejos, que televisión es una visión remota o que telesilla son sillas que te permiten cubrir una cierta distancia. Conecte con su lógica y métase de lleno en su fantasía. Es usted quien ha de ir a su mundo, no traerlos a ellos al nuestro… Todavía…
Nos basta con buscar, o inventar, una buena historia. Una historia que haga que el niño se meta en la situación que le queremos contar. Que la viva en su imaginación y la llene de fantasía. Si lo hacemos así, nos daremos cuenta de que las preguntas vienen solas e inmediatamente al término de nuestro relato, prueba de que la historia ha despertado en el niño lo que tenía que despertar.
Van a continuación tres estrategias para conseguir de los niños lo que tanto nos cuesta aplicando nuestro esquema:
Cuentos para transmitir afecto. Cuando explicamos historias a los más pequeños, además de educarles o enseñarles algún concepto (si la historia está pensada para ello), obtenemos un beneficio adicional: establecemos un fuerte vínculo de afectividad. A través de un cuento compartimos con el niño un espacio de fantasía que él aprecia y valora especialmente. Y de alguna manera, nosotros mismos acabamos siendo parte de la historia. Porque el cuento tendrá los matices y la fuerza que le demos a través de nuestra entonación, de nuestra particular manera de contarlo. Eso genera mucha complicidad con los pequeños, que querrán que les repitamos el cuento una y otra vez, exactamente con las mismas palabras, con las mismas inflexiones, sólo para disfrutar del momento.
Es un efecto que, si nos paramos a pensarlo, no nos resulta ajeno. Porque es exactamente igual a lo que nos pasó a nosotros de pequeños con los cuentos de nuestros padres y que esperábamos con impaciencia cada noche.
Cuentos para mantener el recuerdo. Es bueno que los pequeños conozcan a sus antepasados, que tengan una historia familiar y que conozcan toda la saga. Es bueno también que recuerden a los que ya nos han dejado y a los que han tenido un papel especial en sus vidas. Todo esto lo podemos contar también con las historias. Historias que haremos a medida y en las que los personajes y los héroes serán estos familiares a los que queremos recordar.
El recuerdo contiene siempre una importante dosis de distorsión. No nos debe preocupar aportar, además, una buena dosis de fantasía. Lo importante es asegurarnos de que lo mantenemos vivo.
Cuentos para establecer unas reglas. Otro aspecto fundamental en la comunicación con los niños es el establecimiento de normas o pautas de conducta. También aquí el código que utilicemos será crucial.
Es difícil que un niño entienda que debe despertarse a las 7.15, que tiene que estar desayunando a las 7.35 y que a las 8.00 hay que salir hacia la escuela. Se lo podemos repetir cien veces, que no lograremos mucho. Y recordar las normas cada mañana, al tiempo que nos enfadamos porque vamos con retraso, no ayuda mucho. ¿Cómo puede hacerse cargo un niño de lo que significa todo esto? Hacer un juego de todo ello es mucho más efectivo. Marcar en el reloj de la cocina una gran línea roja, jugar a acercarse a la línea, hacer de los últimos minutos unos momentos de máxima expectación y premiar con un punto la victoria, convierte la norma en un reto. Y hará que la recuerden y, sobre todo, la aprendan.
¿Que no estamos muchas veces para juegos? Debemos saber que si recurrimos a la norma explícita y a la bronca, no la acabarán de comprender. Sabrán que les están riñendo, pero no sabrán exactamente por qué, ni qué tienen que hacer para solventarlo. Es cierto que no todas las normas admitirán un juego, pero sí una dosis de fantasía, una metáfora o una pequeña historia. Y es bueno que lo hagamos, porque es su lenguaje, y lo que queremos es que nos entiendan.

jueves, 2 de abril de 2009

¿Educación o Condicionamiento?



BORJA VILASECA
EL PAIS SEMANAL /29/03/2009

La función de los padres es acompañar a sus hijos para que crezcan sanos, libres e independientes. Sin embargo, muchos les imponen sus normas y creencias, dificultando que se conviertan en quienes son.
Dado que nadie puede enseñarnos a ser padres (o madres), educar a los hijos es el compromiso más exigente que podemos asumir en la vida. Estamos hablando de crear y desarrollar el potencial de un nuevo ser, no puede ni debe tomarse a la ligera. Cabe recordar que una vez nos adentramos en esta gran aventura no hay marcha atrás.
Ningún otro acontecimiento supone un punto de inflexión tan radical en nuestra experiencia como seres humanos que empezar a ejercer de padres. Durante muchos años deberemos responsabilizarnos del cuidado, la protección y la educación de un bebé, la criatura más frágil e inocente que habita en este mundo. Es como una semilla que requiere de un jardinero competente, atento y, sobre todo, amoroso. No hay mejor abono que el cariño.
Como en cualquier otra profesión, el verdadero éxito suele conseguirse cuando los padres vivimos y disfrutamos de nuestra nueva función con vocación de servicio. Y ésta puede cultivarse cuando nuestro hijo es fruto de una decisión libre y consciente, movida por el profundo anhelo de aprender a amar incondicionalmente. Si somos merecedores de recibir el regalo de la paternidad, es necesario que nos preguntemos por qué y para qué queremos dar este importante paso.

¿PARA QUÉ SE TIENEN HIJOS?
“Para liderar a tus hijos, primero has de aprender a liderarte a ti mismo” (Kenneth Blanchard)
Para desenmascarar la verdadera motivación que nos mueve a desear un hijo, algunos psicólogos proponen que nos hagamos cuatro preguntas: 1. ¿Para cumplir con lo que la familia y la sociedad espera de nosotros? 2. ¿Para crear un vínculo emocional con nuestra pareja, de la que nos sentimos distanciados? 3. ¿Para tener un juguete con el que entretenernos y escapar de la monotonía? Y 4. ¿Para llenar el vacío de una vida sin sentido? Son preguntas muy serias que requieren respuestas maduras y reflexivas.
Nuestros deseos egoístas no son justificación suficiente para concebir un hijo. En el caso de llegar el momento oportuno, nuestro corazón siente una aspiración mucho más trascendente y altruista: contribuir con nuestro granito de arena en la evolución consciente de la humanidad. Y para lograrlo, primero hemos de echarnos un vistazo a nosotros mismos.
Para poder ser un buen padre se debe contar con la comprensión suficiente para disfrutar de una vida equilibrada y plena. Antes de dedicarnos a atender emocionalmente a nuestros hijos, primero hemos de haberlo hecho con nosotros mismos. Sólo así asumiremos nuestro nuevo rol de forma madura y responsable. Ése es precisamente uno de los objetivos del autoconocimiento y el desarrollo personal. No hemos de olvidar que ser padre es un milagro biológico; es el don más preciado de nuestra existencia, y requiere cierto esfuerzo por nuestra parte ser dignos de disfrutarlo.

CUESTIÓN DE COMPROMISO
Tener hijos no le convierte a uno en padre, del mismo modo que tener un piano no le vuelve pianista” (Michael Levine)
Los padres comprometidos comienzan a serlo antes del embarazo, aunque nunca es tarde para asumir esta responsabilidad. Son conscientes de la importancia de cuidar su salud, con lo que echan mano de su fuerza de voluntad para eliminar hábitos como el alcohol, el tabaco y la negatividad. Y esto se acentúa aún más en el caso de las mujeres, que durante nueves meses nutren a su futuro hijo a través de su cuerpo (cobijo, calor y alimento) y su mente (pensamientos, emociones, sentimientos).
Cuando nacen, los niños son como una hoja en blanco: limpios, puros y sin limitaciones ni prejuicios. Al ver el mundo por primera vez, se asombran por todo lo que sucede. Ése es el tesoro de la inocencia. Tan sólo hay que ver la cara que ponemos los adultos cuando miramos cómo juega un niño. Solemos sonreír, disipando la nube gris que normalmente distorsiona nuestra manera de ver y de interpretar la realidad.
Y es justamente ese asombro el que echamos de menos. Los niños nos recuerdan nuestra capacidad de ser felices en cualquier momento. Nos enseñan que el secreto se encuentra en nuestra actitud, que escogemos en cada instante. Nuestro proceso de crecimiento, cambio y evolución pasa por aprender a mirar y aceptar la realidad tal como es, maravillándonos conscientemente de todo lo que nos ofrece, recuperando así el contacto con el niño que fuimos.

POR EL BIEN DE LOS HIJOS
El crimen más grande en contra de la humanidad es contaminar la mente de un niño inocente con falsas creencias que limiten y obstaculicen su propio descubrimiento de la vida” (Osho)
Existen dos formas diferentes de vivir la paternidad. Los hay que la ejercen consciente y amorosamente, y quienes la ejecutan mecánicamente. Los primeros han tomado conciencia de que sus hijos vienen a través de ellos, pero no les pertenecen. Saben que algún día comenzarán a vivir su propia vida e intentan apoyarlos durante su proceso de crecimiento. De ahí que su estilo de vida les permita conciliar, haciendo lo posible para dedicar a sus hijos tiempo de calidad.
Los padres inconscientes creen erróneamente que sus hijos son una más de sus posesiones, y los tratan como una prolongación de sus egos. En vez de darles lo que verdaderamente necesitan (cariño, atención, aceptación, libertad y amor), les ponen todo tipo de límites, inculcándoles creencias, normas y valores que definan quiénes han de ser y cómo deben vivir. No están interesados en que crezcan y se desarrollen siguiendo su propio camino, sino en que se conviertan en los adultos que han decidido que tienen que ser.
Así, los padres inconscientes hacen con sus hijos exactamente lo que les hicieron a ellos cuando eran niños: inculcar los patrones automáticos de pensamiento y conducta con los que fueron programados, frenando así la evolución natural de la nueva generación. En el caso de que estos padres sean infelices, obstaculizarán la búsqueda y la conquista de la felicidad de sus hijos. De ahí que se diga que las buenas intenciones son peligrosas en manos de gente inconsciente.

LAS FASES DE LA PERSONALIDAD
Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación reglada”
(Albert Einstein)
Expertos en el campo de la psicología de la personalidad afirman que la creación de nuestra identidad atraviesa tres fases. La primera se produce hasta los 12 años, periodo en el que nos creemos indiscriminadamente todo lo que nos dicen, pues no tenemos ninguna referencia con qué compararla. La segunda fase transcurre durante la pubertad, una vez ya se ha conformado nuestro sistema de creencias. Al empezar a funcionar siguiendo la programación introducida en nuestra mente, nos sentimos profundamente inseguros y confundidos, lo que ocasiona la crisis de la adolescencia.
La tercera fase suele comenzar a los 18 años. Una vez revisadas nuestras creencias, podemos decidir voluntariamente qué nos gusta, qué nos sirve o qué nos conviene mantener de nuestra forma de ser, insertando nueva información y desechando la vieja. Es entonces cuando adquiere una enorme importancia confirmar la veracidad o falsedad de los dogmas que nos han sido impuestos. Detrás de cualquier malestar siempre se esconde una falsa creencia.
En la medida en que pensamos y funcionamos a partir de nuestro sistema de creencias, el condicionamiento inculcado se va consolidando en nuestra mente, formando así nuestra personalidad. Al repetirnos determinados mensajes e ideas escuchados en nuestra infancia sobre lo que hemos de ser, hacer y tener para ser aceptados como individuos normales por nuestra sociedad, finalmente terminamos convirtiéndonos en eso que creemos ser.

BUSCAR LA VERDAD
“No puedo enseñaros nada, solamente puedo ayudaros a buscar el conocimiento dentro de vosotros mismos, lo cual es mucho mejor que traspasaros mi poca sabiduría” (Sócrates)
Mientras el condicionamiento nos esclaviza, la auténtica educación tiene como finalidad liberarnos. Etimológicamente, uno de los significados de la palabra latina educare es “conducir de la oscuridad a la luz”, es decir, “extraer algo que está en nuestro interior, desarrollando así nuestro potencial humano”. Así, nuestra función como padres no consiste en proyectar nuestra manera de ver el mundo sobre nuestros hijos, sino en ayudarles para que ellos mismos descubran su propia forma de mirarlo, comprenderlo y disfrutarlo.
¿Qué sentido tiene que nuestros hijos deban estudiar Derecho o Económicas si lo que les gusta es el arte y los proyectos sociales? ¿Que deban trabajar 11 horas al día en una profesión que odian para ganar mucho dinero? ¿Que deban jugar con soldaditos si prefieren las muñecas? ¿Que deban convertirse en cristianos, judíos, musulmanes o budistas si no lo han escogido voluntariamente? ¿Que deban seguir los dictados de la mayoría cuando anhelan descubrir su propio camino en la vida?
No es fácil ser padre. Pero tampoco lo es ser hijo de alguien que no se preocupa realmente por el desarrollo de tu bienestar. El condicionamiento provoca que siendo niños nos desconectemos y olvidemos de nuestra naturaleza más esencial: la alegría y vitalidad con la que nacimos. Al convertirnos en adultos, nuestra verdadera identidad queda sepultada por una máscara construida con creencias, normas y valores de segunda mano. De nosotros depende ser capaces de mirarnos al espejo y ver que es necesario cambiar.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Nosotros Somos Nuestros Propios Hijos




Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos para dormir.

Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada y en cada canción.

Niño,
deja ya de joder con la pelota.
qué eso no se dice,
qué eso no se hace,
qué eso no se toca.

Joan Manuel Serrat (1981)



Charla con Mariaté Goméz, directora de la Comunidad Atelier Indigo

por Carlos Martell

A sus treinta y siete años, Julia es una profesionista exitosa. Acaba de ser nombrada gerente de línea en una reconocida tienda de departamentos. Sus hijos, Luis y Emilia tienen 5 y 9 años respectivamente. Casada desde hace 11 años con Roberto. Como es habitual en la mayoría de madres que trabajan, el tiempo es un problema evidente para Julia. Se siente terriblemente presionada por las diversas actividades que tiene que desempeñar y nunca tiene el tiempo suficiente para todo lo que quisiera realizar.



Aparte de ello, su relación con Roberto no va del todo bien, cada vez siente una gran insatisfacción en esto y la distancia anímica entre ellos, cada vez es mayor. Sus hijos, por otra parte, acusan en su escuela, toda esta situación emocional. Luis es inquieto y dicen sus maestros que tiene hiperactividad. Emilia es tan demandante y caprichosa, que Julia se siente tiranizada por su propia hija.



“Un panorama típico y habitual de nuestros días, nos dice Mariaté Gómez, Directora de la Comunidad Educativa Atelier Índigo. Nuestra vida moderna nos ha llevado a tener un estilo de vida cada vez más antinatural y anti-humano. Los sistemas sicológicos en las personas están trastocados, a la par de la vorágine de la vida actual. Como padres, no hemos sabido atender nuestras propias vidas y esto, ahora se refleja en las conductas de nuestros hijos e hijas.
“Ya en el 2005 se aprobó la reforma del artículo 77 de la Ley General de Salud, y adiciona las fracciones XII y XIV al artículo 7 de la Ley General de Educación, para promover el tratamiento del trastorno del déficit de atención e hiperactividad en menores. Queda claro, que no solo es un problema de salud sino de educación también.



“Por otra parte, estamos observando lo que los sicólogos nombran como el síndrome del emperador o tirano. Este término describe al niño que se esconde atrás de un dictador, el que da todas las órdenes. Este tipo de conducta refleja toda una problemática generacional de los padres que satisfacen en demasía los deseos de los niños bajo la idea de que los hijos no sufrirán lo que los padres sufrieron. Los niños no tendrán aquellas carencias que uno tuvo en otra época. Estos niños son productos de una generación que fue reprimida y que hoy por hoy, no impone limites en su propios hijos.



“Pongo el caso que esta sucediendo en España, donde la prensa habla continuamente de niños que maltratan y golpean, incluso aquellos que asesinan a sus padres. Son generaciones que crecieron bajo la represión del franquismo y que ahora creen sanarse a través de no poner limites o reglas en su hijos. Entonces, como dice Piaget, el egocentrismo no se acomoda y se invierten los papeles y quien tiene la autoridad es el hijo y no los padres.



“Llegan a ser padres hiper-protectores que impiden que sus hijos maduren por sí mismos. Son padres que actúan bajo la fuerza de un miedo no reconocido y desde los primeros años, los padres claudican continuamente ante las peticiones y caprichos de sus hijos. Fernando Savater dice: "Para que una familia funcione educativamente es imprescindible que alguien en ella se resigne a ser adulto. Y me temo que este papel no puede decidirse por sorteo ni por una votación de asamblea. El padre que no quiere figurar sino como "el mejor amigo de sus hijos" es algo parecido a un arrugado compañero de juegos, sirve para poco; la madre, cuya única vanidad profesional es que la tomen por hermana ligeramente mayor que su hija, tampoco vale para mucho más".



“En el crecimiento de los niños, esto genera a su vez, una inseguridad que provoca violencia dentro y fuera de la familia. El punto central es que la jerarquía se pierde, ya no está dada por la antigüedad, por la sabiduría y experiencia que te da la permanencia en este planeta. Sino que está dado en función en sanar las heridas inconcientes.



¿En una escuela como Atelier Indigo, cómo se equilibra esto? ¿Cuál es la relación entre libertad y responsabilidad en los niños?
“Devolvemos al niño aquel poder que le corresponde genealógicamente, dentro de sus propios limites. Devolverle el poder como ser humano que es, y esto conlleva una responsabilidad, pero también un gozo y una libertad. Por ejemplo, el poder y gozo de tener un cuerpo, de cuidarlo. Ahí el niño reacciona con conciencia, si tiene frío se pone un suéter, y se lo pone porque la madre le dijo que se lo pusiera sino porque él piensa que lo va necesitar. Este tipo de reacciones transmite un mensaje de incapacidad; “ El niño no tiene al capacidad de pensar y decidir, sino que es la madre la que piensa y decide.



“Estamos hablando primero de una conciencia corporal que da autonomía en el niño y que le da un poder conciente sobre sus actos y decisiones. Lo cual lo lleva al gozo amoroso de la experiencia de la vida. El niño o la niña está percibiendo el valor de su propia conducta. Se crea así una conciencia de responsabilidad y libertad personales. Esto también es un ejercicio constante de voluntad, de acierto y error que lleva a un aprendizaje sólido. Esto también es un proceso natural, por ejemplo, al inhalar, estamos alimentándonos de oxígeno que va a ser transformado, esto es en si, un poder personal natural. No podemos decirle al cuerpo que no respire, no podemos decirle al corazón que se pare. Es un poder natural transformador. Los niños asumen actitudes tiranas porque la madre o el padre le disfrazan su propio miedo.”

¿Tiene que ver con la voluntad?
“Totalmente, porque los padres se están adelantando al poder de voluntad de los niños. Antes que se manifieste, los padres le dan el satisfactor, estamos creando generaciones sin fuerza , sin poder de decidir , sin poder de voluntad. En los adultos, esta actitud trata de ocultar una inseguridad personal y en los niños genera un consumismo atroz. Es un círculo vicioso de más y más en todo y de todo….así llegamos a los excesos y adicciones de la vida.”

¿Son nuestras propias debilidades lo que debilita a nuestros hijos?
“Exacto, ahí vemos la cargas generacionales que se manifiestan. Ante las carencias de las generaciones anteriores, se producen conductas compulsivas de ´otorgar´ un aparente bienestar a los hijos.



Esto crea en los niños un parámetro falso de `antes de que pida las cosas, ya las tengo´. Creando más debilidades, ya que tampoco se ejercita el poder, la voluntad y el esfuerzo por obtenerlas. La voluntad nos da la fuerza de vivir. Por otra parte la forma de vida actual también ha fracturado nuestra voluntad. Los constantes avances tecnológicos han logrado que los objetos satisfactores estén al alcance de la mano y que muchos de estos objetos sean desechables. Desde un boligrafo hasta la vida misma. Por ejemplo en un video- juego, un simple clic puedes eliminar y matar al otro y todo esto a una velocidad rapidísima. Lo paradójico, en los videojuegos, es que así como eliminas y te eliminan, surges de nuevo casi inmediatamente. Sin el tiempo necesario de reflexionar o vivir la pérdida, el duelo mismo. La pérdida ejercita el esfuerzo y la responsabilidad. El niño se desconecta de los tiempos naturales y pierde el sentido de la permanencia. Un árbol, una planta necesita raíces que le aseguran permanencia en el planeta; un niño también.



“Es por ello, ante estos tiempo actuales necesitamos un sistema educativo diferente que se desarrolle dentro de los tiempos naturales transformacionales. La mariposa necesita un tiempo para convertirse en mariposa. El árbol, las frutas, el nacer, el vivir, todo tiene un tiempo transformacional natural que no debe ser alterado; de igual manera los procesos educativos en el niño. La palabra prisa no debe existir en el proceso educativo de los niños.



“Por ejemplo, algunos niños en el Atelier Índigo están leyendo La Metamorfósis de Franz Kafka, un texto que pudiera ser considerado sólo para adultos o jóvenes, pues bien, los niños lo están leyendo bajo una guía transformacional, es decir, como una experiencia que transforma, . Ellos han identificado sus propios bichos, los dibujan, los delinean y se relacionan con ellos. Le escriben diariamente. Esto ha creado una atmósfera de reflexión personal y de autoconciencia en los niños. Un contacto consigo mismo.
Y la percepción de la metamorfosis personal calma la prisa de los tiempos actuales. La educación es un proceso de asombro y maravilla.



“Al hablar de niños hiperactivos tenemos la teoría de que algo se ha alterado en el sistema personal del tiempo en el niño y en sus padres. ¿Qué tanto los padres han alterado su propio sentido del tiempo e inconcientemente transmiten en el niño el mensaje de la prisa, el apuro y la distracción en múltiples satisfactores.



“En el caso de Julia que platicabas al principio, hablamos de una madre que tiene una prisa constante y lo que es peor una prisa para que sus hijos crezcan rapidamente y así “liberarse " de ellos. ¿Será este su mensaje inconciente?
“También en Atelier Índigo reforzamos el sentido de confianza en los padres y en los niños. Confía…….es nuestro mensaje. Confía en la vida. Confía en el poder superior. La confianza elimina los miedos. Cada niño tiene su propio tiempo. Hacemos que sea conciente de ello y lo respetamos. La flexibilidad es también parte del crecimiento. Eres flexible como niño, para ser fuerte como adulto. Mira los árboles, mira como crecen entre flexibilidad y fortaleza.



“Nuestro sistema educativo no es para que el niño tenga información o memorice, es para que el niño integre lo que el ya posee y encuentre la forma de exteriorizarlo.



¿Cual es el momento exacto del aprendizaje?
“Es un alumbramiento, un descubrimiento y una revelación. Una revelación que uno tiene en sí, mismo el conocimiento total. El ejemplo de la inhalación y la exhalación nos ilustra esto.
Es una revelación.”



¿Son nuestras resistencias las que no nos permiten fluir autónomamente? ¿Cuáles son estas resistencias que no nos permiten crecer?
“El miedo a la separatividad, según lo decía Erich Fromm.”



¿Ser otro?
“Estar solo, la sensación de estar solo. Somos seres de clan. El clan nos da fortaleza en los diversos procesos de vida para que no tengamos miedos. Sin un acompañamiento adecuado del clan, vivir y morir nos da miedo. Porque surgen las debilidades e inseguridades y nos preguntamos, ´sé o no sé, sirvo o no sirvo´. Son preguntas que nos acompañan todo el proceso de vida.



“Al niño se le dan las herramientas para que conozca su polaridad y para saber si existe un desequilibrio. Al conocer esto, el niño construye su propio centro y sus propias habilidades y de acuerdo a esto, se desarrolla. Esto lo hace único, lo hace diferente para que compita con su propio ritmo. Desde este centro personal te puedes amar y sentirte amado. Te puedes entonces construir como un ser sólido. Conoces tus propios recursos y no los de otro. Puedes ir más libre, sin tener que rebasar al otro. Lo que tenemos que rebasa son nuestras mismas limitaciones. Cada mañana preguntamos ¿Cual es tu deseo para hoy? ¿Qué es lo que quieres lograr hoy? Día a día, el niño pone sus propias metas, metas personales de ellos y no de un sistema o de otras personas. El poder personal quiere lograr algo y querer es una manifestación de la Conciencia.

¿Como reaccionan los padres a este proceso educativo que se esta dando en los niños? ¿Se dan cuenta?
“La idea es que este mismo proceso se vaya dando también en lo padres, que ellos puedan recorrer el mismo camino de los niños. El camino del miedo y de la aparente soledad. Los padres descubren que hay un cambio desde el lenguaje mismo. Por ejemplo, una madre que justifica su propia prisa bajo la creencia de quiere mejorar económicamente al clan a través de dar al clan algo diferente de lo que ella recibió. Un videojuego, una beca, un viaje que no pudo tener ella, etc. Esta es su motivación, pero es una motivación que viene de la carencia, no de la abundancia.



“Cuando ella descubre que viene de la carencia, descubre el miedo y la soledad. Este es un momento de confrontación fuerte consigo misma. Lo trasciende y luego a través de un ejercicio de voluntad, rompe con esto. Esto se traduce en un asentamiento natural en el proceso general de la vida ; padres, hijos, hijas, esposas, esposos, madres. Todos se van colocando en el orden natural que les corresponde, alimentándose correctamente.”



¿Niños que vienen de una escuela tradicional, se adaptan al sistema de Atelier Índigo?
“Muy rápido. Igual que la bioquímica. A diferencia del adulto, los músculos infantiles están más flexibles y por lo tanto, su psique es mucho más flexible que la del adulto. Están más puros, sus repuestas son más rápidas y más sinceras. Esta sinceridad hace más compleja la relación con el adulto, precisamente porque los adultos manejamos códigos de conducta más estrechos y rígidos, menos honesto y libres. Una de nuestras principales herramientas es un lenguaje transformacional que impulsa a los niños a auto-observarse y en base a esto, reaccionar. Cuando un niño viene con un sentimiento de disgusto por algo, en lugar de no darle importancia o decir las mismas frases de siempre, como “no pasa nada”, le invitamos a auto-observarse en el aquí y en el ahora. Y sobre esta observación se le invita a hacer un cambio emocional.

¿Cual es la característica primordial de Atelier Indigo? ¿Qué es lo que ofrece diferente a otras instituciones?
“Atelier Indigo ofrece a los niños y padres, herramientas para construir su propio camino. Para que se dé una experiencia enriquecedora. No hay error. No hay ceros Hay dieces como un factor de negociación. La calificación no es algo o alguién externo que aprueba o desaprueba a los niños. El diez es un sólo un parámetro para seguir construyendo. El diez ya está en el niño, le damos el espacio para que lo reconozca. El niño aprende desde el punto de vista más alto, es su alma la que recuerda. Vemos que los niños traen unas problemáticas singulares ajenas, no son de ellos, sino de los adultos. Al niño le decimos que sí sabe, que lo único que tiene que hacer es recordar. Es increíble el efecto de estas aseveraciones. El poder de recordar en el niño es un poder basado en su propia confianza como ser humano. Atelier Indigo es esta escuela que estamos construyendo y por supuesto es la que yo personalmente quisiera haber tenido. Quiero dar al mundo y a los niños algo que yo no experimenté cuando estaba en la escuela de niña. Ese poder personal que surge del amor.




¿Que es el recuerdo?
“Es el proceso contrario al aprendizaje, el proceso contrario al olvido. El problema del ser humano es el olvido de SU PROPIA GRANDEZA. Los niños de Atelier Índigo son niños acostumbrados a reflexionar y auto-observarse. Ven la vida como una experiencia y no como serie de errores y aciertos que los adultos les imponemos.”.



“Nelson Mandela dice que no le tenemos miedo a nuestra oscuridad sino que le tenemos miedo a nuestra luz. Eliminar ese miedo es lo que quiero para padres e hijos, el miedo al amor y a la luz. Nuestro papel en este planeta es ser luz, esto es lo que le servirá al planeta. Sentirse pequeño no sirve de nada. Hay una anécdota de Einstein donde le preguntan sobre el bien y el mal. Él responde que el bien es la iluminación de lo que estaba oscuro, así que el mal sólo es ausencia del bien.

Comunidad Educativa Atelier Indigo
cANADA 95
Col. Parque San Andrés, Coyoacán
30 95 2177 y 56 89 41 67
WWW.ATELIERINDIGO.COM.MX











miércoles, 18 de febrero de 2009

NIÑOS RITALIN versus NIÑOS INDIGO

LA JORNADA
2 de abril del 2001

Los peligros de un mal diagnóstico sobre el Síndrome por Déficit de Atención
Niños Ritalín
por Juan Soto Ramírez
La prescripción del Ritalín (nombre comercial del metilfenidato) a niñas y niños que presentan síntomas de hiperactividad y déficit en la atención provoca desde hace años ácidas polémicas que ahora se insertan en el debate en torno a las llamadas causas "biológicas" de la conducta, en la búsqueda de una explicación de cómo el cerebro genera procesos como las emociones o explicar cómo se toman las decisiones. El meollo del asunto permanece en la elaboración profesional de un diagnóstico correcto: es posible que anomalías fisiológicas causen la hiperactividad y/o el déficit en la atención, en estos casos el uso del medicamento ha resultado positivo; pero también es probable que dichos síntomas sean signo del ambiente psicosocial que rodea al infante, es cuando la prescripción del Ritalín ha resultado cuestionable, pues hubiese bastado la modificación de las condiciones de vida del infante para lograr una mejoría en su conducta. Ahora la polémica llega a México, con el antecedente de que se ha llegado a acusar al laboratorio farmacéutico de crear, desarrollar y promover el diagnóstico mencionado en un esfuerzo por aumentar las ventas de su producto. Sobre este mismo tema se puede consultar el artículo de Benjamín Domínguez Trejo ¿"Causas" biológicas de la conducta? aparecido en Lunes en la ciencia el 15 de mayo del 2000 (Patricia Vega).


En algunos colegios de la ciudad de México, los alumnos a los que sin ningún argumento sólido o específico se les diagnostica el llamado Síndrome por Déficit de Atención, el cual ha sido multicuestionado por organismos sociales en los países desarrollados, se les administra indiscriminada y absurdamente Ritalín e Imipramina, entre otros fármacos de nociva procedencia. Lo cual demuestra que para cualquier psicólogo o psiquiatra sin una formación reflexiva, es más fácil prescribir una droga y categorizar un "desorden" que atacar el "problema".


Más que el análisis de la interacción creativa entre profesor y alumno, tal cual se ha desarrollado en países como Inglaterra y Alemania, haciendo uso de la teoría del caos y el análisis del discurso, nuestros "profesionales" de la conducta (de tercer mundo), suministran sustancias a nuestros niños que, en vez de favorecer su aprendizaje y creatividad, los condenan a la quietud y lentitud, actitudes que la psicología moderna creía lejanas desde hace mucho tiempo.


La historia de las escuelas activas en nuestro país generó expectativas seductoras para muchos sectores de la población, entre ellos grupos de izquierda "acomodada" y de derecha ilustrada. Los mitos de la apertura democrática desde 1968 generaron imágenes radicales que sólo con un sueño se podían alcanzar: niños participativos y cuestionadores de una infinidad de aspectos que no sólo los padres sino la cultura pretendían dibujar en un anhelo civilizatorio.


Lamentablemente, la ciencia médica, en correspondencia con la ciencia mental, ha avanzado muy poco. Requiere hoy niños "pasivos", "atentos", "quietos" y "sentados" formados en la industria Ritalín.


Sabemos que la multiplicidad de voces que construyen el conocimiento, siempre colectivo, no requiere de ese tipo de niños. Sobre todo, cuando la administración de este medicamento aumenta los riesgos de daño físico y mental en los pacientes. Las reacciones adversas, sorpréndase usted, pueden ser: nerviosismo, insomnio, urticaria, fiebre, dermatitis, eritema multiforme con hallazgos histopatológicos, anorexia, náuseas, vértigo, palpitaciones, dolor de cabeza, taquicardias, arritmia cardiaca, dolor abdominal e incluso han sido reportados (raramente), casos de síndrome de Tourette y psicosis tóxica.


Pero eso quizás no sea lo más grave. Ante una sociedad veloz, niños pasivos, no parecen ser la exigencia de un mundo gris. Frente a la psiquiatría y todas las psicologías simplificadoras del estímulo-respuesta, en las que no caben los infantes creativos e innovadores, la solución más común ha sido la sanción tipificadora de la anormalidad que se mitiga no sólo con un diagnóstico clínico sino con la administración de un fármaco prescrito médicamente.


Tendríamos que preguntar si queremos un mundo con niños Ritalín asesinos y tranquilos, como los requiere el mundo globalizado, según nos lo han mostrado las escuelas estadunidenses recientemente, o niños inquietos, inquisitivos, creativos y observadores como los requiere el mundo inmediato, exigente de respuestas y soluciones locales.


La duda, la sospecha y la incertidumbre son cualidades infantiles de nuestro tiempo. A estas alturas sabemos que la mente, el cuerpo y el cerebro son una tríada, no actúan de manera separada, pero a cantidades incalculables de psiquiatras y psicólogos aún se les olvida.


Ojo, el estudio de la mente no puede reducirse al del cerebro, pero esto no quiere decir que las actividades mentales y cerebrales no estén relacionadas. Lo preocupante es que los médicos atacan los síntomas (que están en el cerebro) y se olvidan del "síndrome". No se dan cuenta que ellos han construido un objeto psicológico que quieren extirpar con bisturí y eso es muy difícil.
El autor es profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa.
soto@xanum.uam.mx

sábado, 14 de febrero de 2009


■ Científicos canadienses investigaron a más de 600 personas para conocer su desempeño
El color rojo estimula la atención y el azul la imaginación, según estudio
■ Probable que la influencia en la forma moderna de pensar sea una conducta aprendida, explica Juliet Zhuk, de la Universidad Británica de Columbia
■ Los sujetos no estaban conscientes del efecto

Steve Connor (The Independent)
Si quiere atención al detalle, píntelo de rojo; si desea propiciar pensamiento creativo, de azul. Tal es la conclusión de un estudio sobre la forma en que el color dispara las variadas pasiones y sensibilidades de la mente humana.
Científicos que observaron el desempeño de más de 600 personas que se sometieron a una serie de pruebas sicológicas descubrieron que el rojo estimula la atención, en tanto el azul fertiliza la imaginación e inspira una actitud más arriesgada.
Los investigadores descubrieron que los sujetos del estudio no estaban conscientes del efecto del color sobre su pensamiento, y sugieren que estos hallazgos pueden usarse para múltiples propósitos, desde diseñar la decoración interior de una escuela hasta la comercialización de productos y servicios.
Investigaciones anteriores habían producido resultados contradictorios en términos del efecto de exponer a una persona a un fondo de color rojo o azul al pedirles realizar determinada tarea, señaló Juliet Zhuk, de la Universidad de Columbia Británica en Vancouver, quien llevó a cabo el estudio, publicado en la revista Science.
“Se habían encontrado resultados conflictivos sobre si el rojo o el azul conducen a un mejor desempeño –señaló la doctora Zhu. Mostramos que si la tarea requiere atención detallada, el rojo servirá más, pero si es de índole creativa, el azul traerá mayor beneficio.”
Los humanos, como otros primates, tienen visión tricromática, es decir, de tres colores. Los evolucionistas creen que fue resultado de la necesidad de distinguir con facilidad la fruta madura de la verde en el bosque. Sin embargo, es probable que la influencia del rojo y el azul en nuestra forma moderna de pensar sea una conducta aprendida y no innata, añadió Zhu.
“Creemos que la diferencia se debe a asociaciones aprendidas –explicó–. Si en otra cultura el rojo se asocia a otros significados, puede que no encontremos los mismos resultados.
“Gracias a los semáforos, los vehículos de emergencia y las plumas rojas de los maestros, asociamos el rojo con el peligro, los errores y la precaución. La motivación de esquivar, o estado de alerta, que activa el rojo nos pone en guardia y nos ayuda a realizar tareas en las que se requiere atención cuidadosa para producir una respuesta acertada.”
En tanto, el azul se asocia a un cielo claro, a un océano abierto; es el color que nos anima a pensar “fuera del cuadro” y a ser creativos. También es el color de la calma y la tranquilidad.
“Mediante asociaciones con el cielo y el mar, la mayoría de las personas ligan el azul con la apertura y la paz. Las pistas benignas hacen que la gente se sienta segura para ser creativa y explorar; no es raro que sea el color favorito de muchas personas.”
Se llevaron a cabo seis pruebas sicológicas diferentes con voluntarios. Una se refería a una tarea de memoria: recordar 36 palabras en un periodo de dos minutos. Las personas tuvieron mejor desempeño cuando el color de fondo en la computadora era rojo, mientras el azul provocaba más recuerdos falsos.
Otra prueba era un desafío a encontrar diversos usos para un montón de ladrillos. El rojo o el azul no influyeron en el número de ideas, pero el azul produjo un resultado significativamente más alto en cuanto a la creatividad de las ideas.
Varias pruebas investigaban la forma en que el color afecta la actitud de una persona hacia una campaña publicitaria. Un fondo rojo estimulaba la atención hacia las detalladas capacidades tecnológicas de una cámara, en tanto el azul propiciaba ideas sobre posibles usos de ella. En forma similar, un anuncio de una marca ficticia de dentífrico tenía mayor impacto con un mensaje negativo, como “prevención de caries”, si el fondo era rojo, pero el azul tenía mayor impacto en un mensaje positivo, como “poder blanqueador”.
Distintas aplicaciones
Zhu indicó que el color de fondo en los anuncios podría tener efectos sutilmente distintos en un consumidor potencial. Cuando era rojo, inducía evaluaciones positivas de productos sobre los que se ofrecían detalles específicos, en oposición a los mensajes evocadores y creativos, en los cuales funcionaba mejor el azul.
“Si nos enfocamos en instalaciones educativas que busquen mejorar el desempeño en tareas orientadas a los detalles, como la memoria o la corrección de pruebas, o si queremos que las personas recuerden importantes efectos secundarios de medicamentos, el color rojo es más apropiado.
“En cambio, si queremos propiciar una lluvia de ideas para el proceso de desarrollo de un nuevo producto, o para producir ideas innovadoras, entonces es mejor usar el azul.”
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya

lunes, 2 de febrero de 2009

Atelier Indigo en Canal Once


La medicación en niños con TDAH
Fecha: 8 de abril del 2008
Reportero: Carlos Maldonado Fuente: Once Noticias


Los esfuerzos de los maestros por formar a sus alumnos a menudo se topan con obstáculos que no se solucionan en el salón de clases. “Al estar en el kinder mi niño se rehusaba a escribir, convivía muy bien con sus amiguitos, no había ningún otro problema, aprendía las cosas, pero a la hora de escribir, nos causaba un poquito de problemas porque no terminaba las planas”, comentó Margarita Cervantes, madre de niño con déficit de atención e hiperactividad.
Por dos años Margarita buscó el origen del problema de su hijo. El diagnóstico: Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad. Un padecimiento que, de acuerdo con los especialistas, afecta al 3% de los niños en edad escolar y puede permanecer hasta la adultez. “Una disminución en la atención, o sea el niño, el adolescente, inclusive el adulto, tiene problemas para lograr concentrarse en una actividad y concluirla, en segundo lugar encontramos problemas de impulsividad. Sus movimientos musculares, motoras, tienden a ser constantes”, dijo Ileana Petra, de psiquiatría y salud mental de la Facultad de Medicina de la UNAM.
La Comisión de Educación de la Cámara de Diputados ha advertido que el personal en las escuelas no está capacitado para tratar a un niño con más energía de lo normal. “Estamos rebasados, se está proliferando un mecanismo directo entre las agencias médicas y las escuelas, públicas y privadas, para decirle a las escuelas: usted tiene un niño con problema de hiperactividad, un niño con déficit de atención, un niño con TDAH, usted le puede dar un medicamento”, expresó Tonatiuh Bravo Padilla, de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados.
El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad se trata de forma clínica mediante una terapia psicológica y, en algunos casos, con fármacos que buscan controlar el exceso de energía en los niños. “Son niños que están siendo rechazados, que los mandan al neurólogo, que los mandan con el paidosiquiatra y sobre todo que los medican. Es delicado estar viendo solamente el lado cómodo de tener un niño entre comillas quieto, atento, pero que no está desarrollando su potencial”, manifestó María Teresa Gómez López, del Centro Educativo Atelier Índigo.
Especialistas y legisladores han advertido sobre el riesgo de administrar medicamentos, como el Ritalin, para controlar a los alumnos. “Tienen grupos de 40, 50 niños, de pronto hay un niño en particular o dos que se están quedando atrás, o tienen un problema de hiperactividad, entonces se les hace muy sencillo medicar”, manifestó Bravo Padilla.
Margarita, tratando de ayudar a su hijo, recurrió a diversos exámenes y al final la sugerencia fue la misma: medicar a su hijo. “El neurólogo me decía: yo se lo doy a mi hija, tiene la edad de su chiquito. Y en la escuela también el consejo fue: mire, su hijo no sería el único, tenemos a varios en ese caso, de repente no lo piensas, y dices, bueno, si le ha funcionado a otros puede que mi hijo mejore”, indicó Margarita.
Sin embargo, el abuso en la administración de este medicamento, puede provocar una predisposición al uso de sustancias psicotrópicas. “Generan una alteración interna y predisposición a que el niño tenga, a que el humano que estuvo ingiriendo de alguna manera sustancias tenga predisposición para tener más adelante, la necesidad de ingerir otro tipo”, agregó Gómez López.
El Congreso de la Unión busca modificar los artículos 75 y 76 de la Ley General de Educación para definir claramente las atribuciones de los docentes sobre la salud de sus alumnos. “Que ningún profesor pueda administrar sin prescripción médica, como lo establecen las leyes de salud y sin autorización expresa de los padres de familia, ningún medicamento, pero particularmente se incurre en sanción si se administra alguno que contenga psicotrópicos”, concluyó Tonatiuh Bravo.
No hay datos sobre la magnitud de este problema. Sin embargo, algunos legisladores han detectado esta práctica sobre todo en escuelas privadas. La SEP, por su parte, señala que son acciones inadmisibles.
http://oncetv-ipn.net/noticias/index.php?modulo=despliegue&dt_fecha=2008-04-08&numnota=13

domingo, 1 de febrero de 2009

Más Sobre el Grito Azul

Participación de Carlos Martell en la presentación del libro El Grito Azul, escrito por Mariaté Gómez y Violeta Maldonado
Buenas Noches.-
Todos aquí hemos pasado por experiencias educativas, pero la mayoría han sido negativas o frustrantes.

Desde que entramos al sistema escolarizado nos topamos con una estructura educativa que siempre todos hemos deseado fuera mucho mejor.
¿Es siempre la escuela, una experiencia frustrante? Es la educación un proceso siempre doloroso????
Pienso que en parte, asi lo es. Es doloroso siempre, hasta que descubrimos que puede ser gozoso.
Es doloroso porque nos fuerza a crecer, y crecer no siempre es placentero. No es placentero porque nos obliga dejar atrás esa zona de comodidad que ya conocemos y dominamos. Esa zona de nuestra propia conveniencia.
A fin de cuentas, ¿Quién diablos piensa o quiere en transformarse o hacer cambios en la propia vida?

Este libro, EL GRITO AZUL, es el primero de una serie que narra las experiencias educativas de Mariaté y Violeta con niños que en su mayoría y por diversas razones han sido rechazados de otras escuelas, mis propias hijas, estuvieron en 4 escuelas diferentes antes de llegar a Atelier Indigo.
En Atelier Indigo, la escuela de Mariate y Violeta, ellas sintieron que por fin llegaron a casa. Mi esposa y yo también así lo sentimos. A fin de cuentas pasamos casi la mitad de nuestra vida de niños y jóvenes en la escuela. ¿Por qué no considerarla como un segundo hogar?
El trabajo que Mariaté y Violeta realizan en Atelier Indigo es diferente...digamos bastante "sui generis". Uno se da cuenta de esto al leer El Grito Azul.
En principio, para inscribirte a Atelier Índigo, somos los padres los que hacemos la "prueba", los que hacemos el examen de admisión.¡Un examen muy difícil……! Este examen consiste en saber y asumir que nuestros hijos somos nosotros mismos. Y que los cambios en ellos dependende nuestros propios cambios. Dependen de nuestra propia transformación....

Aquí en la escuela de Mariaté y Viole he visto con tristeza como los padres renuncian a continuar el proceso educativo familiar. Prefieren continuar su vida, sin luchar por más. También he visto con alegría que hay padres y familias que continúan realizando trabajo personal, enfrentándose día a día con sus propios fantasmas existenciales para trascenderlos, logrando con ello una conciliación con las energías familiares atoradas que se reflejan en las conductas de los hijos.
Los hijos no son rebeldes, ni hiperactivos, porque quieran serlo. En el fondo existe una mandato inconciente de los padres. Somos nosotros los que de alguna manera hacemos que se comporten así.
Igual sucedió con nosotros y nuestros padres.
Hablamos de un "mandato no escrito" que al realizarse asegura la continuidad de nuestro linaje.

Este es el embrollo que los nuevos niños vienen a resolver y lo hacen con todas estas conductas que Mariate y Viole nos narran. Esta es la magia "entre comillas" que sucede en su escuela. Un reacomodo de las energías familiares, siempre en la dirección correcta y adecuada. Y este es el futuro y la transformación de nuestro mundo.

Mientras no haya un cambio interior, no podrá haber un cambio externo.

Cito A la Gran Abuela Rita Pitka de la comunidad indígena de Alaska, quien dice "Cuando podamos sanarnos a nosotros mismos, podremos sanar a nuestros ancestros, nuestras abuelas y abuelos, nuestros propios hijos. Podremos sanar nuestra Tierra Sagrada".

Mariate habla constantemente que la palabra" prisa" no debe de existir en el proceso educativo "El proceso educativo, dice, debe ir acorde a los tiempos naturales de transformación. La mariposa necesita un tiempo para convertirse en mariposa, los árboles, las plantas, los animales. Toda la vida tiene un tiempo natural que no debe ser alterado. De la misma manera los procesos educativos en el niño tienen un tiempo natural que debe ser honrado y respetado, especialmente por nosotros los adultos".

Reflexión sobre la educación

"Los niños vienen al mundo para educar a los padres".
Sabiduría budista

martes, 13 de enero de 2009

Aprendemos juntos

presentacion del libro El Grito Azul


“Presionamos tanto a nuestros hijos que no les dejamos elegir su camino”


Una entrevista con Carl Honoré
Texto de Ima Sanchís
El inspirador de muchos de los movimientos "slow", el escocés Carl Honoré, alerta ahora en su nuevo libro dedicado a la educación de los hijos sobre el exceso de exigencia y perfeccionismo. Bajo presión reclama calma, mucha calma, y el autor insiste en la necesidad de perder el miedo, confiar en uno mismo y en la propia capacidad para educar sin echar mano de mano

Hace tres años, este curioso historiador escocés que ejercía de periodista para el The Globe and Mail, el National Post, The Guardian, The Observer y The Economist, sorprendió al mundo con su libro Elogio de la lentitud, traducido a treinta lenguas, que se inspiró e inspiró todo tipo de movimientos mundiales en contra de la rapidez. Ahora lo vuelvo a tener frente a mí, tras recorrer el mundo para analizar nuestro moderno enfoque de la infancia que esta dando como resultado niños hiperactivos, deprimidos, obesos, violentos e insatisfechos. Bajo presión nos muestra los estudios científicos más significativos sobre fracaso escolar, neurología, sociología y psicología, mezclándolos con tendencias educativas. Una mirada inteligente que nos advierte de los peligros de esta sociedad superexigente y mitificadora. De nuevo Honoré llama a la calma y al placer de la vida inteligente y emotiva, baluartes de lo humano, en contra del exceso de presión por hacer de nuestro hijos niños alfa, porque, tal como dijo Einstein, la educación es lo que queda cuando se ha olvidado todo lo aprendido en la escuela.

Cuarenta años y dos hijos de siete y nueve años, ¿qué le preocupa?
Para mí, el desafío más complicado es dejarles salir a la calle solos. Pese a todas las estadísticas que demuestran que nunca los niños habían vivido tan seguros y mi denuncia de absurdas medidas que les coartan toda libertad, yo también soy presa de los temores.En una escuela inglesa han sustituido las corbatas tradicionales por otras sujetas con ganchos a fin de reducir el riesgo de ahogarse.Sí, las preocupaciones sobre la seguridad de los niños han llegado al paroxismo. Otra escuela de enseñanza primaria de Attleboro, Massachussets, concluyó que el juego "de tu la traes" suponía un riesgo para la salud y lo prohibió, le imitaron varios colegios. En muchas escuelas de Canadá y Suecia se han prohibido las peleas con bolas de nieve por cuestiones de seguridad. Profesores de todo el mundo informan de que, cuando las clases se van de excursión al campo, algunos padres les siguen en coche para asegurarse de que el pequeño está bien.

¿Al niño del siglo XXI se le cría en cautividad?
Sí, se le encierra en espacios interiores y se le traslada de un sitio a otro en el asiento trasero de un coche. Muchas escuelas de Suecia ya no dejan que los niños de 11 años vayan y vuelvan a casa en bicicleta solos.

¿Qué pasa?
Que cuanto menos hijos se tienen, más preciosos son y más se rechazan los riesgos; que los apretados programas que todos llevamos nos mantienen separados: cuanto más tiempo pasan juntas las familias, más fácil les resulta a los padres confiar en la capacidad de sus hijos de enfrentar los riesgos.

¿Y qué dicen los psicólogos?
Que cuando los niños están sobreprotegidos, es decir, cuando cada instante de su día está reglamentado y supervisado, la probabilidad de que de mayores sufran ansiedad y temores sube, y también el riesgo de que se busquen estímulos en las drogas, el sexo o la violencia.

Si el miedo paterno no se corresponde con la realidad, entonces, ¿cuál es el problema de los padres?
La pérdida de confianza en la capacidad de educar a nuestros hijos sin recurrir a los manuales. En realidad, todos conocemos a nuestros hijos mejor que nadie, pero la cultura del perfeccionismo nos insiste en que en algún sitio hay una receta perfecta para educarlos, y eso es un mito, una mentira.
La ONU advierte de que uno de cada cinco niños sufre algún desorden psicológico, y en Gran Bretaña cada 28 minutos un adolescente trata de suicidarse.Estas cifras subrayan que el modelo actual de la infancia está fracasando, pese a que estamos invirtiendo más dinero, más energía y más tiempo en nuestros hijos que jamás en la historia. Hemos profesionalizado la paternidad, todo muy bien intencionado, pero no funciona. Para mantener el ritmo de ese exceso de actividad y exigencias sociales, los niños acaban medicados. El famoso Ritalin, un psicotrópico para frenar la hiperactividad, ha llegado a niveles epidémicos (más de seis millones de niños lo consumen en EE.UU.). Y hay un dato relevante: la depresión, la ansiedad infantil, el abuso de drogas y el suicidio son fenómenos más comunes en las clases adineradas que en las clases más humildes.

¿La presión?
Sí, sobre todo en las clases sociales adineradas, la niñez se ha transformado en una carrera contra reloj, y la paternidad ha pasado a ser un cruce de desarrollo de un producto y deporte competitivo, eso implica una presión aplastante y sofocante. Es algo que parte de la cultura del consumo y de que tenemos muchos recursos financieros para invertir en nuestros pocos hijos, que queremos convertir en niños alfa.

¿Habrá un punto medio?
En nuestra cultura parece que sólo hay dos caminos: o nuestro hijo va a la mejor universidad, toca el piano y es seleccionado por el mejor club de deporte, o es un desgraciado. Es una filosofía que afecta a todo, el cuerpo tiene que ser perfecto, las vacaciones, los dientes…, es una presión feroz. A muchos niños se les diagnostica déficit de atención e hiperactividad por motivos equivocados: en la actualidad, antes que cambiar el entorno donde vivimos, preferimos alterar nuestros cerebros para que se adapten al entorno. Consideramos la timidez, la tristeza, la duda, la culpa o la ira como enfermedad en lugar de rasgos inherentes a la condición humana. De hecho, cada vez más padres llevan a sus hijos de uno o dos años al psicoterapeuta para que les curen las rabietas.

Una cultura de mitos que empieza en el vientre de la madre…
El mito central es que si una cosa es buena para el niño, más y más pronto es mejor. El famoso efecto Mozart (unos investigadores averiguaron en los años 90 que escuchar música de Mozart mejoraba el razonamiento espacial de los universitarios) inundó las guarderías de música de piano, incluso los hospitales del estado de Georgia enviaban a todos los bebés a casa con un CD con piezas de Bach y Mozart. Resulta que ese efecto no dura más de 20 minutos y no hay prueba alguna de que afine el cerebro de los bebés.
El inspirador de muchos de los movimientos slow, el escocés Carl Honoré, alerta ahora en su nuevo libro dedicado a la educación de los hijos sobre el exceso de exigencia y perfeccionismo. Bajo presión reclama calma, mucha calma, y el autor insiste en la necesidad de perder el miedo, confiar en uno mismo y en la propia capacidad para educar sin echar mano de mano.

Qué decepción.

Lo mismo ocurre con los idiomas. Un niño es una esponja para los idiomas, pero eso no significa que una o dos horas a la semana de chino tenga algún impacto; es robarle tiempo de juego a los niños, qué si tiene impacto.

Más mitos.
Los juguetes educativos que prometen muchos beneficios cognitivos al coste de 50 o 90 euros. Se ha demostrado que el juego básico, puro, sencillo, que hace un niño con un lápiz y un papel o una caja de cartón es mucho más fértil, sano y útil para su desarrollo cerebral. Pero hemos comprado la idea de que para que las cosas sean buenas tienen que costar más dinero, ser sofisticadas y llevar una marca. Existe una cierta arrogancia en esta generación, creemos que el mundo ha cambiado y que tenemos que cambiar la infancia.

¿Mentira?
Sí, no se ha producido ningún salto evolutivo, de hecho la evolución humana prácticamente se ha detenido porque hemos eliminado la selección natural. Dentro de un millón de años tendremos el mismo cerebro que tenemos hoy.

Volvamos a los efectos del exceso de control por parte de los adultos.
Los niños están continuamente vigilados, supervisados y medidos, con metas, objetivos y plazos. Normalmente oscilamos entre dos polos, por un lado hacemos demasiado por ellos, los ocupamos en exceso con actividades extraescolares; y en el otro polo no hacemos suficiente, es decir: no los educamos, no les ponemos límites, somos incapaces de decirles no, en casa les damos rienda suelta y hemos tirado por la ventana cosas importantísimas como la disciplina y las reglas que los niños necesitan para desarrollarse.

Si tus hijos nunca te han detestado es que nunca has sido padre, decía Bette Davis.
La línea se ha borrado. En esta cultura Peter Pan, nadie quiere envejecer, llevamos la misma ropa que nuestros hijos y queremos que sean nuestros amigos, pero en el desarrollo del niño es natural en un momento cuestionar al padre y a la madre, es como se autodefine como persona. Pero los psicólogos aseguran que ven muchos casos en que padres con una buena formación están criando a niños que con 7 años llevan el mando del hogar. Se nos ha repetido hasta la saciedad que una autoestima elevada es el trampolín para el éxito.

¿Y no?
Un reciente examen de 15.000 expedientes escolares concluye que una autoestima elevada no mejora siempre las notas ni las perspectivas laborales, ni pone freno al comportamiento violento. Elogiar a un niño sólo por su capacidad puede resultar negativo a largo plazo ya que ante las dificultades es más probable que abandone convencido de que su talento ha llegado al límite. Mejor elogiarlo por su esfuerzo, así obtiene una herramienta fundamental: puede perseverar.

Escoger una escuela para los hijos tampoco resulta fácil.
En países como Gran Bretaña, la moda por valorar públicamente a las escuelas ha impulsado una carrera por ser la primera de la lista, dejando al margen cuestiones esenciales como si tanto esfuerzo, exámenes y comparaciones tiene un efecto positivo; si hace que los niños crezcan más sanos e inteligentes o si unas notas mejores hacen que los niveles escolares estén mejorando. En todo el mundo la respuesta de los educadores es que no. La clave de educar, decía Platón, es conseguir que quieran saber lo que tienen que saber. Aprobar exámenes no los prepara para el futuro.

¿Hay datos sobre eso?
Ahora estamos viendo la vanguardia de esta generación educada en este caldo de presión y tienen problemas para vivir en la sociedad porque el cordón umbilical con los padres nunca se corta y cuando tienen su primera entrevista de trabajo, pese a su brillante currículo, acaban llamando a su madre por el móvil para que ella y el entrevistador se aclaren. Los padres helicópteros planean por las universidades a las que mandarán a sus hijos, inspeccionan su habitación y fiscalizan al compañero. La falta de capacidad para cuidarse a sí mismo va más allá de la universidad, las empresas tienen días abiertos para padres, para que vayan a la oficina y estén seguros de que aquello es perfecto para su hijo.

¿Por qué este fracaso estrepitoso de la educación a nivel global?
Hemos heredado el modelo de educación del siglo XIX, cuando se necesitaba una mano de obra obediente y eficiente. Un modelo rígido, un currículo impuesto desde fuera, todo hay que cuantificarlo, las notas cuentan para todo, los niños deben dar las respuestas correctas. Pero vivimos en un mundo distinto, se necesitan personas flexibles, que trabajen en equipo, creatividad, invención. Por fortuna hay, cada vez más, sistemas educativos alternativos que van en esa dirección.

El modelo finlandés parece el más equilibrado.
Posee uno de los mejores índices de licenciaturas universitarias del mundo y goza de una economía dinámica llena de compañías muy creativas. A la vez, según el informe de Unicef del 2007, los niños finlandeses son los terceros más felices entre los países desarrollados. El sistema finlandés antepone las necesidades de los niños a los ambiciosos deseos de padres y burócratas; tiene sus puntos débiles, pero demuestra que los niños que empiezan en el colegio formal con 7 años pueden ser muy exitosos, no hace falta que empiecen en párvulos.

Un modelo muy relajado.
Sí, pasan menos horas en el colegio que cualquier otro sistema en el mundo, tienen menos deberes, y otra forma de evaluar el aprendizaje, basada en la autoevaluación y los informes de los profesores, que son muy elaborados. Fuera del colegio no existe la industria de clases particulares, por tanto los chicos tienen mucho más tiempo para relajarse y también para procesar lo que han aprendido en el aula. Los maestros tienen una formación genial y los padres y los burócratas les tienen confianza, no tienen que estar pendientes de lo que dice el Ministerio de Educación en cada momento, tienen libertad para trabajar con sus alumnos. Está muy bien que los alumnos aprendan tecnología suficiente e idiomas para enfrentarse al mundo, pero lo más importante es crear niños y luego adultos con pasión por aprender, descubrir, seres humanos completos.

Explica usted que Asia oriental obtiene las mejores notas del mundo en matemáticas y ciencia, pero no tienen ni los mejores científicos ni los mejores matemáticos.
Porque falta pasión por aprender, porque obtienen esas notas para mejorar sus currículos. Lo mismo ocurre con los deportes, hemos profesionalizado a los jóvenes y lo hacemos con mucha presión; el resultado es que cuando cumplen 14 años ya no vuelven a jugar porque han pasado años jugando horas y horas a la semana en un clima altamente competitivo; y lo mismo ocurre con el piano y el violín.

Ocho horas diarias en el colegio y además deberes para casa. ¿Tiene sentido?
La reflexión es la siguiente: si media hora a la semana de deberes puede ser productiva, dos horas tiene que ser más productivo y dos horas al día, más todavía. La mayoría de los deberes está mal concebida, no llevan a los niños a buscar otra dimensión, simplemente les hacen aburrir el aprendizaje. En Cargilfield, una prestigiosa academia privada para niños en Edimburgo, se eliminó en el 2004 los deberes hasta los 13 años y hubo un momento de pánico entre los padres que pensaron que sería un fracaso a nivel académico para sus hijos. La medida se tomó para alentar a los niños a asumir personalmente el control de sus estudios. En un año, las notas de matemáticas y ciencias aumentaron un 20%. Otro ejemplo es el de Toronto, Canadá, que este año ha cambiado su sistema de deberes porque la gente estaba ya estrangulada con tantas tareas para casa. Han puesto límites muy rígidos a los deberes. Creo que Toronto va a ser pionero, pero que le seguirán muchas otras regiones y países.

¿Qué dicen los psicólogos?
Existe consenso entre psicólogos, sociólogos y académicos en que hay que poner límites a los deberes; que tienen un papel importante a partir de los 11 años, antes incluso pueden perjudicar porque les quita tiempo para las cosas más humanas como es el juego, la invención y la creación.

Pero a veces en lugar de juego es tele.
Todo tiene su medida. En un informe muy influyente publicado en Pediatrics en el 2004, científicos estadounidenses concluyeron que cada hora de televisión que se mira al día entre las edades de 1 y 3 años aumenta en casi un 10% la posibilidad de un diagnóstico de déficit de atención y desorden de hiperactividad, pero estos estudios siempre tienen su contraestudio, debemos investigar más. Pero lo que es obvio es que niños que pasan entre cinco y siete horas al día –la media en EE.UU.– frente a una pantalla, se acostumbran a que las cosas acontezcan de forma instantánea y eso explica por qué a los niños les cuesta estar sentados en un colegio escuchando. No es una experiencia multimedia y se aburren.

¿Qué opina del mundo del consumo y de la publicidad para niños?
Es el ejemplo más egoísta de cómo los adultos han secuestrado la niñez. Los niños crecen valorándose a través de lo que tienen y no de lo que son o lo que pueden aportar a la sociedad y eso en el fondo es el vacío más profundo que hay.

¿Cómo un progenitor puede contrarrestar ese mundo de consumo?
Vivimos en una sociedad altamente mediática y tenemos que generar una cultura de análisis de los medios de comunicación para que no sean víctimas tan fáciles de estos mensajes. Y lo que está claro es que tenemos que dar ejemplo: no valorarnos a nosotros mismos por lo que tenemos. Países como Suecia y Noruega ya han prohibido los anuncios de televisión para niños de menos de 12 años.

Otro tema aterrador, la conciencia sexual infantil, en especial la de las niñas.
La sexualización, sobre todo de las niñas, es terrorífica. Hay minoristas que venden medias de red, sujetadores acolchados y bragas con mensaje de tallas mínimas, y en las papelerías venden libretas y lápices para niñas con el conejito de Playboy. Cuando una sociedad venera la inocencia de la infancia y al mismo tiempo arroja a sus niños al crisol sexual de la cultura pop, lo probable es que haya confusión o consecuencias más dañinas. Eso explica trastornos como los de la alimentación. En un estudio realizado hace poco en Australia, más del 70% de las niñas de 7 y 8 años dijo que desearía un cuerpo más delgado, y la mayoría creía que el hecho de perder peso aumentaría su aceptación. Un estudio del 2007 realizado por la Asociación de Psicología Norteamericana concluyó que la representación sexual de las niñas favorece la insatisfacción con el propio cuerpo, la depresión y la baja autoestima.

¿La agresividad preadolescente es la válvula de escape ante tanta presión?
Eso creo. Los agentes de esa presión son los padres, los maestros, la publicidad, los políticos, la sociedad en general. Esa presión para que se conviertan en lo que nosotros queremos que sean no les deja espacio para conocerse a sí mismos. Presionamos tanto a nuestros hijos que no les dejamos elegir su camino. Les entregamos una receta, un sendero y les decimos: seguidlo. Se trata de un estado de hiperexigencia en el que los políticos, la escuela, la publicidad se han metido en cada casa y eso todavía lo hace más difícil.

¿Qué podemos hacer los padres?
Hay que recuperar la confianza, dejar de lado el ruido, el pánico de fuera y buscar nuestro propio equilibrio. Todos los padres tienen la sensación de que están en la locura, pero todos tenemos miedo de dar el primer paso: “Si yo reduzco la presión, mi hijo fracasará”, así que es bueno conversar con otros padres y sumar. Pero mi conclusión es optimista, nos estamos dando cuenta que hemos perdido el norte y de que ha llegado el momento de agarrar el péndulo y devolverlo al centro.°