miércoles, 23 de septiembre de 2009

CUANDO NO ES FACIL SER TAN LISTO

Los niños con aptitudes sobresalientes
y su desajuste emocional


Prefiero un barrendero feliz a un científico neurótico. A.S: Neill

Hablar de niños sobresalientes, es hablar de las teorías de la inteligencia y de la necesidad de elaborar programas educativos especiales acordes a este tipo de niños. Pero también es importante hablar de los diversos desajustes emocionales de estos niños y sus familias.

Por Carlos Martell Flores

Su nombre fue William James Sidis, (1898-1944) y su coeficiente intelectual fue calculado entre 250 y 300. A los dieciocho meses, podía leer The New York Times, a los dos años, de forma autodidacta, aprendió latín y a los tres, griego. Como adulto podía hablar más de cuarenta idiomas y dialectos. A los once años entró a Harvard, y en su primer año pronunció una conferencia ante el Harvard Club de Matemáticas. Se graduó cum laude a los dieciséis, y se convirtió en el profesor más joven en la historia de esta universidad. En total se graduó de siete carreras. Su vida alcanzó logros que pocas personas pueden imaginar. Y sin embargo, todo esto se convirtió en nada. Renunció a su puesto de profesor, y por el resto de su vida vagó de un trabajo de baja categoría a otra. Sus experiencias como niño prodigio habían resultado tan dolorosas que decidió evitar la exposición del público a toda costa. De ahí en adelante, negó sus dones, se negó a pensar en las matemáticas y, sobre todo, se negó a realizar aquello que le habían hecho hacer cuando niño. A los 21 años fue arrestado por participar en una marcha del 1º de mayo. Estuvo 18 meses en prisión por sus ideas socialistas. Trabajó duro para convertirse en un ser humano normal, pero nunca lo logró del todo. A los quince tomó un voto de celibato, que al parecer mantendría para el resto de su vida, muriendo soltero a la edad de 46.

Los reportajes en televisión y prensa escrita hablan de lo extraordinario de estas mentes, “Vienen al mundo con sus pequeñas mentes brillantes, con sus talentos innatos a cuestas. Saben leer a los tres años, a los cuatro escriben; un año más tarde, a muchos les fluye el inglés o el francés. Son curiosos, curiosísimos. La escuela es para ellos un lugar aburrido que no les enseña nada nuevo, ni los comprende, ni los estimula en sus búsquedas. Su ansiedad por saber, que no se satisface casi nunca con sus maestros o sus padres, los lleva a investigar solos, a husmear bibliotecas, a navegar por la web y así aprender de astronomía, de vidas pasadas, de matemática, filosofía o física. Son los niños superdotados, niños CAS, con un cociente intelectual (CI) de 110 puntos o más, según parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

LA OTRA CARA DE LOS NIÑOS CON CAPACIDADES SOBRESALIENTES
Pero existe otra cara: La de la resistencia, la de la desobediencia. La de la dificultad para aceptar lo que no es lógico. La cara de la insatisfacción. La de las obsesiones, su vunerabilidad al fracaso y al rechazo de los demás, su rigidez e inflexibilidad. Su aburrimiento y sus berrinches. Su dificultad para escuchar a los demás. Sus conductas manipuladoras hacia los otros.
Estos niños superdotados se desesperan por las restricciones. No soportan los horarios programados. Pueden ser percibidos por los demás como tercos y poco cooperativos.
Llegan a frustrarse por la ausencia de progreso. Se resisten a las interrupciones. Los demás los ven como perfeccionistas u obsesivos, demasiado preocupados por todo.
Todo lo anterior también es la cara de los niños CAS, La cara que a veces no reconocemos y por supuesto no queremos mostrar.

Hace un par de años en una reunión de profesores y padres de familias españolas se habló de una tendencia diferente, contraria a lo que se puede pensar generalmente defendieron, por el contrario, que los niños sigan los cursos del programa escolar para garantizarles el contacto con otros niños y las vivencias propias de su edad. "Bastantes etiquetas y divisiones hay en la sociedad, para que creemos una más. Lo importante es el equilibrio emocional, y la vida es algo más que desarrollar la inteligencia y aprender", manifestó una madre.

LOS DESAJUSTES EMOCIONALES
Platicamos con Angeles Schaulferberger. “Tengo un niño calificado como niño CAS , con capacidades sobresalientes. A los tres años, al saber ya leer, lo matriculé en la escuela primaria Atelier Indigo, Un mes después me hablaron de la escuela sobre la necesidad de hacer acomodos emocionales en él. La primera sesión terapéutica de contención con él, duró siete horas.
“Una manifestación era su enojo constante, muchos, pero muchos berrinches. Un enojo con las mujeres muy fuerte; también frustración. Angel mostraba estados depresivos a tal punto de que nos decía continuamente- que seguramente si él no hubiese nacido, la familia sería más feliz. A los siete años, un siquiatra dictaminó que debería llevarlo a una escuela especializada en niños CAS, le contesté que esto haría que el niño fuera etiquetado y aislado. El me contestó con determinación, “ tu hijo ya esta aislado…” “ Aislado? Realmente lo que yo quiero es mi hijo sea un niño y una persona feliz, Ese es mi objetivo”.
“Angel ha aprendido en Atelier Indigo a ser feliz como niño que es, sin tener que compararse con los demás y ha aprendido a ser sensible a la energía del universo. Al mismo tiempo encuentro en él una pureza diferente, su presencia ha sido como luz en las tinieblas. Su propio proceso de desarrollo personal ha sido también un proceso de desarrollo en toda nuestra familia. Hemos logrado que ese encuentro de Angel con el mundo, sea un encuentro amoroso con el mundo. En Atelier Indigo ha encontrado; fortaleza, conciencia, tolerancia y seguridad personal. Herramientas todas ellas básicas para la vida, seas CAS o no seas CAS. De hecho se habla de que 20 de cada 100 niños son CAS , yo puedo decir, por mi experiencia como madre y profesora, que son más, quizás de 30 a 35 niños de cada 100.
“Pienso que Ángel ha sido el punto de despegue más fuerte en mi desarrollo personal, y le he explicado como el llegó a la familia y al planeta con un mensaje importante, un mensaje de amor que no conocíamos y que nos ha permitido conocer y darnos amor a nosotros mismos. Su presencia se ha convertido en una luz muy radiante que invita a los demás a conocerse e irradiar esa misma luz. No porque él tenga algunos talentos diferentes, sino porque hay una pureza en él que contagia a todas las personas con las que se topa.”
En el contacto con otros niños CAS y sus familias se ha visto que existe una soberbia natural en ellos y como a los padres les cuesta ponerles limites. Ya que el niño asume un papel de superioridad con sus padres y con el resto de la familia. Sin embargo con sus compañeros y en el ámbito fuera de la casa, se tornan sumisos y aislados. Se van convirtiendo en pequeños neuróticos socialmente inadaptados y luego en adultos enojados y frustrados. No es fácil cuando crecen y forman familia, En sus trabajos pueden a llegar a ser mediocres.
“Efectivamente un aspecto importante que hemos infundido a Angel es la de ser humilde con respecto a su alto IQ (156 CI). Hemos charlado sobre esto con él, insistiendo que el aprendizaje es para toda la vida. El hecho de poseer este IQ es una responsabilidad y un regalo sagrado para ayudar a la humanidad, no para sacar un provecho egoísta de el.”
Hablamos con Mariaté Gómez, directora de la escuela Atelier Indigo, quién ha acompañado íntimamente a Angel en su proceso educativo y en su proceso psico-genealógico. “El niño CAS tiene un papel importante en el de acomodo de su genealogía. “He visto como el niño replica las conductas de sus padres, Por ejemplo el enojo o la soberbia son también el propio enojo y soberbia de su madre, como ella lo ha reconocido valerosamente. Existe una conexión muy dependiente de los padres hacia los niños CAS , ellos viven a través de los logros de los niños y caen fácilmente en la presunción, mas allá del orgullo sano, sin embargo al mismo tiempo no pueden ponerle los límites adecuados y generando una gran rebeldía en los niños y una manipulación. En el fondo los niños CAS se rebelan por ser utilizados y esta rebeldía es un llamado a la libertad de ser y existir y no ser un alguien para ser exhibido”.
“Como madre de un niño CAS, continua charlando Angeles, veo que muchas veces nos gana nuestra vanidad y orgullo y olvidamos que el objetivo de su existencia es poder ser felices, Y caemos en esa realidad competitiva de ser el “el mejor” sobre el resto. Y entonces hacemos válidas todas esas teorías de destacar, de tener éxito y de ser líder . Pero como puedes aspirar a todo esto si la propia vida es un desastre,
“Recuerdo esa impactante y amarga película “Una mente brillante” que habla del matemático y premio Nóbel, John Nash (1928) quién desde niño, su comportamiento mostró su extraordinaria capacidad intelectual pero también sus dificultades para relacionarse con los demás. A lo largo de su vida, su mayor característica fue un egocentrismo que le incapacitó para comprender a los demás seres humanos y que le impidió relacionarse con éstos en términos de igualdad.
“Aspiramos a tener una mente brillante y una superinteligencia pero nos olvidamos de la plenitud emocional y espiritual, pretendiendo que nuestros hijos logren lo que nosotros no podemos lograr. Todos hemos sabido de aquellos padres y madres de niños prodigio o niños con talento artístico que han abusado de los talentos de sus hijos. Desde Mozart hasta Michael Jackson. Esto en el caso más extremo, pero en situaciones cotidianas podemos observar lo mismo. La madre o el padre manipulan a los niños pretendiendo que satisfagan sus propias frustraciones vitales. Pero, por otro lado, lo que vemos es que son los propios niños quienes utilizan esta “manipulación” a su favor para conseguir lo que buscan.
“Así en la canción de Joan Manuel Serrat, llamada Princesa, que narra la aspiración de la madre para que el talento de la niña cubra sus propias necesidades, frustraciones e insatisfacciones, al mismo tiempo que se niega a ver la realidad tal como es”.
Y, como quién ve a la Virgen subir al cielo
La ve alejarse camino al primer casting
Para un anuncio en televisión,
La nena vale, la nena estudia
Danza moderna y declamación (JMS)